Una operación histórica

Madrid Hace cinco años se inauguró, con una gran recepción que presidieron los Reyes, el Museo Thyssen-Bornernisza de Madrid. Los primeros invitados recorrieron con curiosidad y admiración las tres plantas del palacio de Villahermosa, que el arquitecto Rafael Moneo había transformado en un moderno y acogedor museo, con unas obras que costaron 4.000 millones de pesetas.

El largo proceso de negociaciones que desembocó en este acontecimiento había empezado a tomar forma cinco años antes, el 7 de abril de 1987, con la firma del protocolo de intenciones entre el barón ThyssenBorriemisza y el...

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Madrid Hace cinco años se inauguró, con una gran recepción que presidieron los Reyes, el Museo Thyssen-Bornernisza de Madrid. Los primeros invitados recorrieron con curiosidad y admiración las tres plantas del palacio de Villahermosa, que el arquitecto Rafael Moneo había transformado en un moderno y acogedor museo, con unas obras que costaron 4.000 millones de pesetas.

El largo proceso de negociaciones que desembocó en este acontecimiento había empezado a tomar forma cinco años antes, el 7 de abril de 1987, con la firma del protocolo de intenciones entre el barón ThyssenBorriemisza y el entonces ministro de Cultura, Javier Solana, por el que se preveía la exposición de 775 cuadros de la colección en el palacio de Villahermosa por nueve años y medio.

Una cesión que se convirtió en compra definitiva de la colección por parte del Estado español en 1993, con la aprobación en Consejo de Ministros de lo que ya en ese momento se consideró una de las operaciones culturales más importantes de este país. Los 44.000 millones de pesetas, repartidos en cinco pagos anuales, que han culminado este año. Una suma simbólica, pese a su volumen, ya que la colección del barón Thyssen es la más importante del mundo en manos privadas y está valorada en el mercado por una cantidad cuatro veces superior.

La colección está formada por 775 cuadros que se exhiben en el museo de Madrid, y otros 60 en el museo de Pedralbes, en Barcelona. Formada por un primer núcleo de pintura antigua comprada por el padre del actual barón, la colección fue continuada por Heinrich Thyssen que, sin descuidar las adquisiciones de antiguos maestros, hizo valiosas compras de arte impresionista, posimpresionista, expresionista, de las vanguardias de principios de siglo, arte norteamericano y de obras de los más importantes artistas de este siglo.

El Museo Thyssen-Bornernisza también ha organizado algunas importantes exposiciones durante estos cinco años, entre las que destacan El Siglo de Oro del paisaje holandés, André Derain, De Canaletto a Kandinsky. Obras maestras de la colección Carmen Thyssen-Bornemisza o Georg Grosz. Los años de Berlín. Otra de las señas de identidad de este museo han sido las exposiciones de la serie Contextos de la colección permanente, que se hacen en cada ocasión en torno a una obra del museo.

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