Crítica:LA FILARMÓNICA DE BERLÍN

La música entera y verdadera

Los conciertos de la Filarmónica de Berlín, dirigida por su titular, Claudio Abbado, inauguran del modo más brillante la temporada musical madrileña y la celebración por Ibermúsica de sus bodas de plata con el público. El año que discurre en su último trimestre ha sido también el del jubileo centenario del Orfeón Donostierra y así la primera actuación de los, filarmónicos berlineses contó con la voz multánime de los cantores de San Sebastián en la segunda sinfonía, de Mahler. Desde la iniciación de la obra reconocimos la fabulosa, compacta y flexible sonoridad de esta histórica centuria musica...

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Los conciertos de la Filarmónica de Berlín, dirigida por su titular, Claudio Abbado, inauguran del modo más brillante la temporada musical madrileña y la celebración por Ibermúsica de sus bodas de plata con el público. El año que discurre en su último trimestre ha sido también el del jubileo centenario del Orfeón Donostierra y así la primera actuación de los, filarmónicos berlineses contó con la voz multánime de los cantores de San Sebastián en la segunda sinfonía, de Mahler. Desde la iniciación de la obra reconocimos la fabulosa, compacta y flexible sonoridad de esta histórica centuria musical, cuyos formadores, preservadores y, a veces, resucitadores, se han llamado, desde 1887, Bülow, Nikisch, Furtwängler, Celibidache, Karajan y desde 1990, Claudio Abbado. La calidad de la enseñanza en Alemania, el voluntarismo y la autoexigencia profesional de estos maestros, más que profesores, se integra en un conjunto con personalidad propia, capaz de resistir todas las mudanzas y abatares, así como los distintos criterios de los sucesivos maestros, porque en todos los casos responden a un nivel de excelencia insuperable.

Ciclo orquestas del mundo

(Ibermúsica-Caja de Madrid). Orquesta Filarmónica de Berlín. Director: Claudio Abbado. Orfeón Donostiarra. Director: J. A. Sainz Alfaro. Soprano: A. Denoke; mezzo, A. Larsson. Sinfonía resurrección, de Mahler. Auditorio Nacional. Madrid, 6 de octubre.

De ahí que la vida de la filarmónica sea una interminable, sinfonía de pervivencia, en sus valores esenciales e inmutables, moldeados, una y otra vez, por sus egregios guardianes.

El Abbado de ahora

El de ahora, Abbado (Milán, 1933), difiere y se identifica con su inmediato antecesor en rasgos tan específicos como su mayor inclinación al repertorio contemporáneo o en una actitud tendente a la transparencia mesura expresiva y máxima fidelidad a la letra y al espíritu de la letra.Todo ello, aplicado a Mahler, redundó en una versión fresca y menos histórica que la de otros directores y, por principio, renuente al menor abultamiento retórico.

Abbado es un depurador de cuanto interpreta, un estilizador. Con la facilidad que dimana de su calidad flexible, el coro donostierra fue sumado por Abbado a su pensamiento sonoro y su línea clarividente y explicativa, de modo que escuchamos, probablemente, la mejor intervención del coro en su centenario.

Una soprano de fresca voz y limpio fraseo, la hamburguesa Angela Denoke, y una mezzosoprano de hermoso y conturbador timbre, la sueca Anna Larsson, entonaron los textos de WÚnderhorn y de Klopstock con infinita belleza. Total, una maravilla de las que no se olvidan; una noche de música entera y verdadera, cuya crítica más exacta. sería una sola palabra: ¡Bravo!

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