Un chófer evita la quema de su autobús al escapar del cerco de 12 enmascarados

Dos personas necesitaron asistencia médica como consecuencia de un ataque a un autobús interurbano llevado a cabo ayer tarde por 12 enmascarados que lo interceptaron en Berango (Vizcaya). Los violentos pretendían quemar el autobús, pero el conductor pisó el acelerador al advertir que los asaltantes, armados con bates de béisbol, cogían unos bidones de gasolina ocultos en el arcén. Otros tres encapuchados atacaron ayer con cócteles mólotov una de la sedes de Eusko Alkartasuna de San Sebastián sin producir daños de importancia.

El incidente de Berango se produjo a las 15.30, al paso de un...

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Dos personas necesitaron asistencia médica como consecuencia de un ataque a un autobús interurbano llevado a cabo ayer tarde por 12 enmascarados que lo interceptaron en Berango (Vizcaya). Los violentos pretendían quemar el autobús, pero el conductor pisó el acelerador al advertir que los asaltantes, armados con bates de béisbol, cogían unos bidones de gasolina ocultos en el arcén. Otros tres encapuchados atacaron ayer con cócteles mólotov una de la sedes de Eusko Alkartasuna de San Sebastián sin producir daños de importancia.

El incidente de Berango se produjo a las 15.30, al paso de un autobús de la empresa pública Euskotren que cubría el trayecto entre Las Arenas y Arminza. Un grupo de 12 individuos que ocultaban sus rostros con caretas blancas rompió con bates de béisbol las lunas delantera y trasera del autobús, tras prender fuego a unos contenedores en la misma carretera.El chófer detuvo el vehículo, pero al advertir que uno de los asaltantes cogía unas latas escondidas en el arcén, tocó el claxon repetidamente para pedir paso libre a los conductores que le precedían. Los automovilistas se apartaron, momento en que el conductor del autobús pisó el acelerador y huyó entre las pedradas de los enmascarados.

Al conductor del autobús le cayeron encima algunos cristales y otra persona sufrió un ataque de nervios, sin que fuesen necesarios sus traslados a un hospital.

Euskotren informó de que el autobús, marca Mercedes, matriculado en 1994, quedó fuera de servicio y fue sustituido por un vehículo de reserva. El autobús atacado tiene una capacidad de 44 plazas sentadas y 59 de pie.

Por otro lado, tres encapuchados atacaron ayer con cócteles mólotov una de la sedes de Eusko Alkartasuna de San Sebastián, sin producir daños de importancia, según el departamento vasco de Interior. El ataque fue perpetrado minutos antes de las cuatro de la tarde contra el local ubicado en el céntrico paseo de Salamanca. Los saboteadores lanzaron un número sin determinar de artefactos incendiarios que impactaron contra la fachada y la puerta de la sede, que resultaron ennegrecidas.

Durante este mes, individuos radicales violentos han quemado las sedes de Eusko Alkartasuna de Zizurkil, el pasado día 7, y del barrio de Herrera de San Sebastián, el día 15. Además, el pasado día 13, el coche de uno de los concejales de este partido en Durango (Vizcaya) fue también atacado con artefactos incendiarios y resultó calcinado. El presidente de EA, Carlos Garaikoetxea, responsabilizó al entorno de ETA de los ataques contra su partido y calificó de "fascistas" a sus autores.

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Estos incidentes se suman a los provocados por encapuchados contra entidades públicas y privadas de Euskadi en protesta por las muertes de los etarras Gaizka Gaztelumendi y José Miguel Bustinza en un tiroteo con la Guardia Civil en Bilbao. Simpatizantes de ETA atacaron cinco sucursales bancarias y una oficina de seguros en Miraballes (Vizcaya). En la localidad de Trápaga, encapuchados destruyeron con cócteles mólotov un autobús en el que se encontraban dos personas.

En la localidad vizcaína de Ondarroa el objetivo de los agresores fue el Juzgado de Paz. El fuego, que provocaron después de romper los cristales de las dependencias y lanzar dentro varios artefactos, causó destrozos en el mobiliario y en las paredes. También fueron atacadas dos entidades bancarias de Lekeito y la oficina de la estación de los Ferrocarriles Vascos de Karranza. En Guipúzcoa, un grupo de desconocidos con los rostros cubiertos incendió en la madrugada de ayer la oficina del jefe de la estación de Aia.

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