La toma de un asentamiento en Jerusalén augura nuevos estallidos de violencia

Benjamín Netanyahu teme una explosión de violencia, por lo que decidió ayer suspender un viaje programado por Europa del Este. Las tensiones que vive el país desde hace unas semanas vienen creadas por un nuevo asentamiento judío en el Jerusalén árabe. En el barrio de Ras el Amud, palestinos e israelíes continuaban ayer preparándose para un enfrentamiento.

Netanyahu, que hoy debía de haber viajado a Rumania, decidió quedarse en Jerusalén para intentar resolver la crisis y, sobre todo, solucionar el conflicto del asentamiento de Ras El Amud, cuya construcción había quedado congelada hace ...

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Benjamín Netanyahu teme una explosión de violencia, por lo que decidió ayer suspender un viaje programado por Europa del Este. Las tensiones que vive el país desde hace unas semanas vienen creadas por un nuevo asentamiento judío en el Jerusalén árabe. En el barrio de Ras el Amud, palestinos e israelíes continuaban ayer preparándose para un enfrentamiento.

Netanyahu, que hoy debía de haber viajado a Rumania, decidió quedarse en Jerusalén para intentar resolver la crisis y, sobre todo, solucionar el conflicto del asentamiento de Ras El Amud, cuya construcción había quedado congelada hace casi un mes, pero que volvió a reactivarse hace pocos días, cuando tres familias de judíos ortodoxos decidieron ocupar las viviendas.La decisión de los judíos ortodoxos fue tomada hace diez días, como represalia contra los árabes, supuestos responsables del atentado suicida del pasado día 4 en una calle céntrica y peatonal de Jerusalén, acción que costó 8 vidas. Pero, luego, la decisión de ocupar las viviendas y reactivar la construcción de la colonia fue paralizada provisionalmente ante la visita de la secretaria de Estado norteamericana a la zona.

Las tres familias de judíos ortodoxos, que tienen derecho legal a permanecer en estas casas ya que poseen un contrato de alquiler, continuaban ayer ocupando las viviendas inacabadas. Su actitud ha generado una oleada de solidaridad de sus correligionarios, que acuden al lugar llevando todo tipo de regalos. Otro grupo de palestinos, en un intento de oponerse a esta operación de propaganda, se ha instalado junto a la casa ocupada, en un huerto de olivos, con tres tiendas de campaña.

Todo ello sucede ante la mirada nerviosa de decenas de policías y soldados, periodistas y curiosos. Mientras, el Gobierno de Netanyahu asegura que debe ser la justicia quien tome una resolución y desaloje, si lo cree legítimo, a los inquilinos. A pesar de la actitud del primer ministro, tratando de judicializar el problema, Netanyahu es consciente de que la ocupación de esta casa se ha convertido en un símbolo político, que amenaza con desbordarse, incrementando aún más la escalada de tensión y que puede acabar haciendo estallar el frágil equilibrio en el que se vive en este país.

El propio Ministerio de Defensa parece inquieto. En previsión de hipotéticos altercados, el alto mando militar ha venido redactando en las últimas semanas una serie de planes de acción rápida, con los que se pretendería neutralizar a combatientes defensores de la Autoridad Palestina, lo que incluye planes de entrenamiento especial de las fuerzas de seguridad. "El Ejército de Israel teme un conflicto abierto con los palestinos", ha asegurado, en las últimas horas, la radio estatal en Jerusalén citando fuentes militares. Los militares responsabilizan a los palestinos de esta situación y les imputan una "declaración de guerra limitada" en Jerusalén con el objetivo de controlar una parte de la ciudad para intentar erigir allí, en un futuro, la capital del Estado palestino.

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Conjura contra Arafat

Pero la situación parece incluso inquietante para el propio Arafat, según se desprende de una información publicada ayer en la primera página del diario The Jerusalem Post. El rotativo informa que cuatro palestinos de Hebrón se encuentran detenidos por la policía de Arafat, acusados de haberse conjurado para asesinar a su presidente.

Por si todo ello no fuera suficiente, el Tribunal Supremo acaba de autorizar a la policía israelí la utilización de la fuerza para interrogar a los palestinos sospechosos de poseer información relacionada con operaciones "terroristas". Esta decisión judicial fue dictada ayer a raíz de la demanda planteada por el joven árabe, Ragi Mahmoud, de 26 años, quien hace tres semanas fue detenido y torturado por su supuesta militancia en Hamás.

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