Hollywood se vuelca en el cine "de autor" tras el aluvión de montruos y catástrofes

Woody Allen, Scorsese, Spielberg, Mamet y los Coen copan la cartelera de otoño

Nos habían engañado. Hollywood y sus portavoces (la no tan independiente prensa especializada) habían prometido que el verano de 1997 sería la temporada más espectacular de la historia del cine gracias a una docena de títulos -la mayoría a base de bichos, insectos o catástrofes- con presupuestos de 100 millones de dólares. Es cierto que nadie había garantizado calidad, pero ahora se comprueba que, aparte de ese detalle, han faltado también especta dores en las salas. Como contrapartida, los estudios preparan ahora una potente batería de títulos "de autor": Spielberg, Woody Allen, Martin Sco...

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Nos habían engañado. Hollywood y sus portavoces (la no tan independiente prensa especializada) habían prometido que el verano de 1997 sería la temporada más espectacular de la historia del cine gracias a una docena de títulos -la mayoría a base de bichos, insectos o catástrofes- con presupuestos de 100 millones de dólares. Es cierto que nadie había garantizado calidad, pero ahora se comprueba que, aparte de ese detalle, han faltado también especta dores en las salas. Como contrapartida, los estudios preparan ahora una potente batería de títulos "de autor": Spielberg, Woody Allen, Martin Scorsese, David Mamet y los hermanos Coen, entre otros, estrenan en las próximas semanas.

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La contabilidad del verano de 1997 se cierra, según estimaciones del gremio de exhibidores de EEUU, con una taquilla total de 2.400 millones de dólares (unos 370.000 millones de pesetas). Es más que el verano pasado, pero la cifra tiene truco: el aumento del precio de las entradas oculta que en realidad se han llenado menos butacas. Parte del desajuste se corregirá, como siempre, con la taquilla extranjera.La razón no es otra que lo que Hollywood ha puesto en el cine desde julio ha sido por lo general muy decepcionante y en ocasiones' intolerable. Triunfaron películas mediocres como Men in black y espantosas como Air Force One y El mundo perdido, al tiempo que se hundían por ejemplo Batman y Robin, la peor de la saga, y Speed 2, cuya recaudación no alcanza ni la tercera parte de su presupuesto.

Hércules, de Walt Disney, ha sido la mayor decepción de la casa desde que La sirenita marcara el renacimiento de sus largometrajes de animación en 1989. Para rematar, los dos títulos más prometedores, Titanic y Alien 4: resurrection, vieron retrasado su estreno hasta el otoño. La crítica y los ejecutivos del cine han tenido que reconocer que, a finales de este verano, lo mejor que podía verse en el cine en EE UU era la excepcional comedia británica de bajo presupuesto The full Monty. Esta saga de cuatro obreros del metal en paro que hacen un espectáculo de strip-tease es la que está arrancando ovaciones a medio país.

Presupuestos disparados

Este año, además, los costes de promoción se habían disparado de tal manera que resultaba imposible estimar cuál era su verdadero presupuesto y qué parte era la dedicada a organizar entrevistas masivas, giras mundiales y acuerdos con cadenas de hamburgueserías. Actualmente, cualquiera de estas superproducciones requiere al menos 20 millones de dólares (más de 300 millones de pesetas) para que la gente sepa sobre ellas.

Uno de los más sensatos cronistas del gremio, Bernard Weinraub, de The New York Times, ha escrito que "el verano ha terminado con una nota de melancolía en Hollywood, lo cual es mucho mejor de lo que se había previsto". Efectivamente, podría haber sido peor. Los estudios consumaron sus batallas a golpe de talonario, pero en el paisaje después de la guerra no parece haber culpables ni perdedores: Hollywood es una de las pocas industrias que no responde de sus propios fracasos. Demi Moore, Bruce Willis, Sharon Stone y Arnold Schwarzenegger pueden hacer bodrio tras bodrio, pero la máquina no se para.

Ahora, las buenas noticias. Supuestamente aprendida la lección de los pasados oscars sobre el mínimo de calidad que están exigiendo los espectadores, los estudios (porque es la otra cara de la misma moneda) van a desplegar hasta las navidades una oferta que parece de mucho mayor nivel y que, para variar, no está siendo prejuzgada en términos monetarios.Todo se resume en algo que ocurrió en 1993, cuando Spielberg estrenó en verano Parque Jurásico y en diciembre su obra maestra, La lista de Schindler. Ahora, después de El mundo perdido, Spielberg está coordinando el montaje de Amistad, otro drama histórico y solemne, basado esta vez en el motín de un barco de esclavos procedente de Cuba. El estreno está previsto para diciembre. Spielberg ha rodado en Puerto Rico y en Connecticut y ahora, infatigable, dirige Saving private Ryan, con Tom Hanks.

Otros regresos

Muy acostumbrados a trabajar juntos, pero con el peligro de tener un precedente de la talla de Fargo, los hermanos Joel y Ethan Coen están terminando ahora la comedia negra de enredo The big Lebowksi, protagonizada por Jeff Bridges, Steve Buscemi y John Goodman.

Oliver Stone firma por su parte un policiaco en el desierto de Arizona titulado U-Turn, con Sean Penn y Jennifer López entre otros muchos nombres conocidos. El director de JFK y Nixon además acaba de debutar como novelista con el recién publicado libro A child's night dream. Robert Redford, de quien poco se sabía después de Quiz Show, regresa a la vez delante y detrás de la cámara con la adaptación del best-seller romántico The horse whisperer. Otro todoterreno, Clint Eastwood, dirige su propia adaptación de un libro superventas: Midnight in the garden of good and evil, acerca de un crimen real ocurrido en Georgia.

Quentin Tarantino debería demostrar con el policiaco Jackie Brown (basado en un libro de Elmore Leonard) que los bandazos que ha pegado desde Pulp Fiction eran sólo algo pasajero. Cuenta para ello con un reparto encabezado por Robert de Niro y Samuel L. Jackson. Otra película que dará que hablar es la crónica política Primary Colors, de Mike Nichols, con John Travolta en la piel de un candidato presidencial inspirado en Bill Clinton. Woody Allen, por su parte, regresa como cada año con una cinta sobre la que ya hay buenos augurios: Deconstructing Harry, en la que el cineasta actúa y dirige a un reparto ecléctico.Otros títulos que completan la oferta son The Ice Storm, de Ang Lee, vista ya en festivales europeos y que inaugurará el de Nueva York en octubre; Washington Square, de Agnieszka Holland; Siete años en el Tibet, de Jean-Jaques Annaud, y Kundun, otra saga tibetana que le costó a Martin Scorsese y a la productora Walt Disney una grave disputa con las autoridades chinas durante el rodaje.

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