Un nuevo fallo informático en la 'Mir' le hace perder la orientación hacia el Sol

La tripulación evita un nuevo choque y logra acoplar con éxito la nave 'Progress'

No ganan para sustos en la estación orbital Mir, que lleva 11 años funcionando, aunque estaba previsto que durase sólo cinco en el espacio. Ayer, el acoplamiento de la nave de carga Progress, que el día anterior se había tenido que aplazar por un fallo informático, se efectuó `por fin con éxito. Pero también con susto. Si en el último minuto no se hubiera pasado al control manual podría haber ocurrido otro catastrófico choque. Inmediatamente después, la Mir empezó a perder electricidad y su orientación respecto al sol por culpa de otro fallo informático.

La estación se desvió parcialmen...

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No ganan para sustos en la estación orbital Mir, que lleva 11 años funcionando, aunque estaba previsto que durase sólo cinco en el espacio. Ayer, el acoplamiento de la nave de carga Progress, que el día anterior se había tenido que aplazar por un fallo informático, se efectuó `por fin con éxito. Pero también con susto. Si en el último minuto no se hubiera pasado al control manual podría haber ocurrido otro catastrófico choque. Inmediatamente después, la Mir empezó a perder electricidad y su orientación respecto al sol por culpa de otro fallo informático.

La estación se desvió parcialmente de su orientación ideal hacia el sol, y se produjo una pérdida de energía, aún por cuantificar, al fallar el ordenador central de la estación espacial. [Yuri Semiónov, director de la empresa fabricante de la Mir, se. mostró, sin embargo, seguro de que el nuevo problema será superado sin dificultades]. El director de vuelos, Vladímir Soloviov, tuvo que dar ayer la cara para explicar que las cosas siguen sin ir del todo bien. El plan de reparaciones de la estación sufrirá un nuevo retraso, de dos o tres días, y no se iniciará mañana como estaba previsto.El principal motivo del acoplamiento de ayer de la nave Progress era precisamente poder utilizar el combustible que queda en la misma para, en caso de necesidad, reorientar la estación.

Las naves de carga se utilizan normalmente sólo una vez y luego se dejan caer para que se desintegren en las capas altas de la atmósfera. La Progress llegó a su cita con la Mir el pasado 7 de julio, con agua, comida y equipos. Ahora sólo tiene basura.

La tripulación logró acoplarla ayer con éxito. Según el centro de control de vuelos de Koroliov, 20 kilómetros al noreste de Moscú, cuando la nave Progress se encontraba a tan sólo 260 metros de la Mir, surgió un "impedimento" a bordo -que no ha sido detallado oficialmente- y hubo que pasar a control manual.

"La tripulación hizo un gran trabajo", aseguró Yuri Semiónov. El piloto automático falló cuando faltaban sólo unos minutos para el atraque. El jefe de la Mir, el comandante ruso Anatoli Soloviov, tuvo entonces que tomar el control. Todavía no se sabe a qué se debió el percance, aunque parece que el origen estuvo más en tierra que en el espacio.

Una operación similar, efectuada el pasado mes de junio, terminó con el choque de otra nave de carga contra el módulo científico Spektr. El agujero en el fuselaje de éste causó una grave despresurización que puso en peligro a la tripulación y a la propia estación orbital, la única del mundo. También entonces, el control fue manual. Una comisión especial investiga si los astronautas rusos Vasili Tsiblíyev y Alexandr Lazutkin, que regresaron a la Tierra el pasado jueves, fueron responsables del gravísimo accidente. Ellos dicen que pusieron en juego sus vidas para salvar la Mir.

Algo está claro: que se acabó la racha de buena suerte para la nueva tripulación de la Mir, formada por Anatoli Soloviov, su compatriota Pável Vinográdov y el norteamericano Michael Foale. Este último tiene el dudoso privilegio de ser testigo, víctima e incluso protanista de los percances sufridos por la estación orbital en el viejo equipo y en el nuevo.

[Otro estadounidense, David Wolf, que el próximo mes viajará a la Mir en el trasbordador Atlantis y que sustituirá a su compatriota Foale, ya está en Rusia entrenándose para formar parte de la tripulación.]

Por otra parte, en Cabo Cañaveral (Estados Unidos) la NASA comunicó el aplazamiento por 24 horas del aierrizaje de la nave espacial Discovery, con seis tripulantes a bordo, dado el mal tiempo. La misión, que ha tenido una duración de 11 días, concluirá hoy al mediodía. El Discovery ha realizado experimentos científicos -de astronomía, física, biología y química- y ha observado la atmósfera mediante el satélite alemán Crista-Spas, que fue lanzado el día del despegue del Discovery y fue recuperado ocho días más tarde utilizando un brazo mecánico de fabricación japonesa que será utilizado en la futura estación espacial Alpha, cuya primera fase se fabrica actualmente en Rusia].

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