Crítica:POP

Dulce obsolescencia

Ante una entregada multitud que rondaba las 8.000 personas, Rick Davies y su compinche John HelliweIl volvían a lograr el milagro musical de unas canciones que en su día elevaron al grupo Supertramp a la categoría de Beatles cultos y hedonistas de los años setenta. Claro que después llegaron los ochenta y los noventa y, aunque el trayecto haya visto separar los caminos del anterior cantante y compositor Roger Hodgson de los del resto del grupo, lo cierto es que la llama parece tener aún algún rescoldo para calentar la inminente jubilación musical de sus componentes. Aunque la entidad del grupo...

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Ante una entregada multitud que rondaba las 8.000 personas, Rick Davies y su compinche John HelliweIl volvían a lograr el milagro musical de unas canciones que en su día elevaron al grupo Supertramp a la categoría de Beatles cultos y hedonistas de los años setenta. Claro que después llegaron los ochenta y los noventa y, aunque el trayecto haya visto separar los caminos del anterior cantante y compositor Roger Hodgson de los del resto del grupo, lo cierto es que la llama parece tener aún algún rescoldo para calentar la inminente jubilación musical de sus componentes. Aunque la entidad del grupo como tal parezca del todo obsoleta, Dulce, almibarada, como siempre empalagosa. Pero obsoleta.Una vez restablecido el liderazgo en la banda y a juzgar por lo contemplado en uno de los conciertos de su larga gira por España, Rick Davies ha escogido una senda musical más jazzy y rythm'n'bluesera, teñida de elegancia, sofisticación de lujo y una fuerte carga light. Bajo un templete de alta tecnología y con el escenario tan lleno de instrumentos como una tienda de música, los ocho componentes del grupo descargaron los temas del último disco oficial del combo, Some thingy never change.

Supertramp

Rick Davies (voz y teclados), John Helliwell] (saxo y coros), Bob Siebenberg (batería), Tom Walsh (percusión), Cliff Hugo (bajo), Carl Verheyen (guitarra), Lee R. Thornbug (trompeta y coros) y Mark Hart (voz, teclados y guitarra). Palacio de los Deportes. 3.500 y 4.000 pesetas. Madrid, 2 de julio.

A pesar de la extraordinaría aportación que hace el nuevo fichaje, el cantante, teclista y exCrowded House Mark Hart -Davies incluso le deja firmar dos canciones-, las cosas sí que han cambiado y parece haberse perdido la luminosidad a la hora de componer. Las nuevas canciones poco o nada tienen que ver con el viejo y querido material. De este último sonó, por cierto, un ramillete de añejos éxitos, grabados ya en letras de oro en los anales del pop: From now on, Downstream, la celebrada The lógical song, Goodbye stranger o la fuera de serie School.

Ni qué decir tiene que el público, prendido de una larga deuda sentimental con el grupo, protagonizó una tremenda ceremonia de cariño, correspondida por el simpático HelliweIl con una auténtica declaración al público del foro. España, y en concreto Madrid, es para Supertramp -y aunque éstos cumplieran 100 años- plaza ganada.

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