El hombre que mató a su mujer en Platja d'Aro era reincidente

El asesinato de María Angels Boades a manos de su ex marido, Jaume Puig, ocurrido la tarde del jueves en Platja d'Aro, podría haberse evitado si la víctima hubiera gozado de la protección que necesitaba, según denunció ayer la Coordinadora para el Centro de Mujeres Maltratadas de Girona. Ayer trascendió que el agresor ya había intentado acabar con la vida de su esposa el pasado día 2 de abril.La policía le sorprendió en el interior de su vehículo, estacionado en el barrio de can Gibert del Pla de Girona, mientras agredía con un cuchillo a María Angels Boades, a la que había esposado. El hombre...

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El asesinato de María Angels Boades a manos de su ex marido, Jaume Puig, ocurrido la tarde del jueves en Platja d'Aro, podría haberse evitado si la víctima hubiera gozado de la protección que necesitaba, según denunció ayer la Coordinadora para el Centro de Mujeres Maltratadas de Girona. Ayer trascendió que el agresor ya había intentado acabar con la vida de su esposa el pasado día 2 de abril.La policía le sorprendió en el interior de su vehículo, estacionado en el barrio de can Gibert del Pla de Girona, mientras agredía con un cuchillo a María Angels Boades, a la que había esposado. El hombre fue detenido, acusado de un delito de lesiones, e ingresó el día 3 de marzo en el Hospital Psquiátrico de Salt, de donde salió una semana después al recibir el alta médica.

Tras el incidente, la víctima obtuvo protección policial, como había decretado el juzgado que instruyó las diligencias del caso, pero sólo hasta mediados de abril. Desde entonces, la mujer salía de casa acompañada de su madre, como ocurrió el día del cruel asesinato. El ex marido la citó, simulando ser un potencial cliente, en unas falsas oficinas a las que incluso colocó una placa comercial para poder engañarla.

La portavoz de la Coordinadora de Girona, Marta Latorre, se preguntaba ayer por qué motivo el autor del crimen no era controlado por la policía si, según denunció la víctima, no dejó de seguirle los pasos y continuaba amenazándola. Según Latorre, el crimen "pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de crear estructuras intermedias de contención y prevención, mecanismos que impidan que los malos tratos acaben en trágicos finales".

La abogada feminista María José Varela destacó ayer que este crimen, lejos de tratarse de un caso aislado, se inscribe en un "grave problema social del que las instituciones y la sociedad deben tomar conciencia urgente, puesto que provoca tantas o más víctimas que el terrorismo".

Según las estadísticas, en España muere cada semana una mujer a manos de su marido o compañero.

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