FERIA DE SAN ISIDRO

Óscar Higares: "Soy un luchador nato"

"Soy un torero de sentimiento", manifiesta Óscar Higares, "aunque cuando alguien me pide que me defina siempre digo que soy un luchador nato". "Nadie", explica, "me ha regalado nada en la profesión y el nombre que hoy tengo entre los aficionados y profesionales me lo he hecho a sangre y fuego". "Los toros me han proporcionado momentos de dolor psíquico y físico, pero también me han dado un placer espiritual difícil de definir".Para Higares, el placer que proporciona cuajar un toro no se parece en nada a ningún otro. "Es que te trasladas a otra dimensión". "Es demasié pal cuerpo", afirma.
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"Soy un torero de sentimiento", manifiesta Óscar Higares, "aunque cuando alguien me pide que me defina siempre digo que soy un luchador nato". "Nadie", explica, "me ha regalado nada en la profesión y el nombre que hoy tengo entre los aficionados y profesionales me lo he hecho a sangre y fuego". "Los toros me han proporcionado momentos de dolor psíquico y físico, pero también me han dado un placer espiritual difícil de definir".Para Higares, el placer que proporciona cuajar un toro no se parece en nada a ningún otro. "Es que te trasladas a otra dimensión". "Es demasié pal cuerpo", afirma.

Al matador, de 25 años, "torero del gusto capitalino", sólo le preocupa que esta tarde no colaboren los toros del Conde de la Corte. "Me aterra", asegura el diestro del barrio de Usera, "porque desde que estoy anunciado en Madrid sueño con hacer disfrutar al público venteño y sin un toro colaborador eso es imposible".

El público madrileño es, en palabras de Higares, entendido, severo, exigente y agradecido. "En Madrid hay que jugarse la vida sin reparos porque la gente te lo valora siempre". "Cuando toreo en Las Ventas me entrego al cien por cien, aunque tope con un marrajo que no merezca ninguna exposición".

Higares reclama "toros de los de antes, capaces de encumbrar a un torero en una sola tarde". "A veces", señala, "sueño con un toro negro, muy serio y astifino, de un trapío impresionante, que me pone a prueba desde el primer momento. Al final consigo domeñarlo y hacerle una gran faena. Ojalá ese sueño vaticine lo que me espera esta tarde o, si no, la próxima, con los victorinos".

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