Ajeno a las críticas

, Ajeno a los críticos, o al menos silencioso, Eton se mantiene fiel a su tradición de centro de excelencia y adelantado en materia de educación. Sus responsables callan incluso cuando antiguos alumnos, ahora de cierto renombre, recuerdan con un deje amargo sus años escolares. Uno de ellos ha sido David Rendel, candidato liberal demócrata por la demarcación de Newbury: "Me educaron de una forma poco corriente. Mis hijos, que han asistido a la escuela local, han crecido con gente de su entorno, algo que yo no hice".

Rendel no acataba a su antigua alma mater. Él quisiera dotar ...

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, Ajeno a los críticos, o al menos silencioso, Eton se mantiene fiel a su tradición de centro de excelencia y adelantado en materia de educación. Sus responsables callan incluso cuando antiguos alumnos, ahora de cierto renombre, recuerdan con un deje amargo sus años escolares. Uno de ellos ha sido David Rendel, candidato liberal demócrata por la demarcación de Newbury: "Me educaron de una forma poco corriente. Mis hijos, que han asistido a la escuela local, han crecido con gente de su entorno, algo que yo no hice".

Rendel no acataba a su antigua alma mater. Él quisiera dotar al sector público de parecida maquinaria para elevar la calidad general. Y Eton lo sabe. No se le escapa que desde su fundación, en 1440, es un establecimiento docente envidiable. Su fuerza y singularidad radican ahí: en mantener viva su tradición de medio milenio adaptándose con rapidez a los tiempos.

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