Pionero de un espacio sin límites

Nacido en la localidad holandesa de Rotterdam en 1904, y, de formación artística inicialmente europea, Willem De Kooning emigró a los Estados Unidos de Norteamérica en 1926, cuando contaba 22 años. Haber llegado en esas fechas de entreguerras le permitió vivir desde el principio lo que después se convertiría en la gran hazaña artística del expresionismo abstracto americano o Escuela de Nueva York, de la que fue, junto con Pollock, una de las figuras más representativas. El primer eslabón americano para De Kooning fue su amistad con otro inmigrante, el armenio Arshile Gork, que también sirvió d...

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Nacido en la localidad holandesa de Rotterdam en 1904, y, de formación artística inicialmente europea, Willem De Kooning emigró a los Estados Unidos de Norteamérica en 1926, cuando contaba 22 años. Haber llegado en esas fechas de entreguerras le permitió vivir desde el principio lo que después se convertiría en la gran hazaña artística del expresionismo abstracto americano o Escuela de Nueva York, de la que fue, junto con Pollock, una de las figuras más representativas. El primer eslabón americano para De Kooning fue su amistad con otro inmigrante, el armenio Arshile Gork, que también sirvió de apoyo para Pollock.En cualquier caso, como es de sobra conocido, todos estos artistas no lograron madurar un estilo propio hasta la década de los cuarenta, cuando se emanciparon definitivamente de la tutela de la vanguardia europea, transformando, por una parte, la lección del cubismo en un nuevo concepto de espacio sin límites, y, por otra parte, la del surrealismo modificando el gesto automático en una nueva fuerza insólita de caudal infinito. Desde esta perspectiva, la aportación de De Kooning fue determinante: en primer lugar, potenció ese gesto automático convirtiéndolo en una descarga afectiva vibrante y se atrevió, además, a emplear una gama cromática caliente mientras sus colegas aún andaban con la severa tonalidad del blanco y negro; en segundo lugar, no abandonó la figuración, sino que se centró en la figura humana femenina, cuyo desnudo, reducido a los rasgos sexuales más primarios, cobraba en sus cuadros una elocuencia casi insoportable.

De Kooning no realizó su primera muestra individual hasta 1948, a los 44 años, y, aunque era de sobra conocido y apreciado en los círculos de entendidos antes de esa fecha, fue entonces cuando cobró una proyección pública escandalosa, que se confirmó, muy poco después, al iniciar la célebre serie de Mujeres. A través de ella, se puede percibir la influencia que había ejercido en él su primera formación artística europea y, en especial, la línea expresionista que va de Van Gogh a Nolde y Soutine.

Desde la década de los cincuenta, De Kooning se convirtió en la principal estrella de la Escuela de Nueva York. Gorky se había suicidado en la década anterior y Pollock murió en un accidente en la mitad de los cincuenta, con lo que De Kooning se quedó prácticamente solo defendiendo la línea puramente expresionista. Salvo una circunstancial obra no figurativa, aunque también de gesto vibrante, que realizó durante los años sesenta, y, naturalmente, todo lo que ha hecho en la doliente etapa final, cuando seguía pintando a pesar de tener muy mermadas las facultades mentales, De Kooning se mantuvo en un expresionismo basado en la figura. Dotado de una extraordinaria vitalidad, que se corrobora. en el hecho de, una tan prolongada existencia, De Kooning, que fue uno de los pioneros del expresionismo abstracto, también ha resultado ser el último en desaparecer.

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