Crítica:ROCK

Bomba de decibelios

Una vez más, vinieron de Seattle los Young Fresh Fellows para derramar entre sus relativamente numerosos fans españoles una dosis de caluroso power pop de corte melódico, imaginativo y tan lúdico que es imposible imaginarse, hoy por hoy y hablando del vasto género que abarca el epígrafe de música rock, un concierto en directo más divertido.Liderados por el enloquecido Scott McCaughey, que para la ocasión lucía un espantoso gorrito verde con alas a lo Astérix, el cuarteto irrumpió en el escenario dispuesto a acaparar toda la atención del respetable, tocando las canciones de su últ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Una vez más, vinieron de Seattle los Young Fresh Fellows para derramar entre sus relativamente numerosos fans españoles una dosis de caluroso power pop de corte melódico, imaginativo y tan lúdico que es imposible imaginarse, hoy por hoy y hablando del vasto género que abarca el epígrafe de música rock, un concierto en directo más divertido.Liderados por el enloquecido Scott McCaughey, que para la ocasión lucía un espantoso gorrito verde con alas a lo Astérix, el cuarteto irrumpió en el escenario dispuesto a acaparar toda la atención del respetable, tocando las canciones de su último disco -ya perdidas. las cuentas para saber qué orden en su carrera ocupa-, A tribute to the music.

Young Fresh Fellows

Scott McCaughey (voz y guitarra), Kurt Block. (guitarra), Jim Bassnight (bajo) y Tad (batería). 1.500 pesetas. Madrid, Sala Moby Dick. Lunes, 3 de marzo.

Este álbum, como en el caso de toda su discografía, supone un rendido homenaje a los palos de lo que se considera rock auténtico, con especial hincapié en los recursos armónicos y vocales más sixties y cruzado con la siempre imparable energía del punk. Sin embargo, lo importante es que posee las claves para que sus autores e intérpretes lo hagan explotar sobre el escenario como una bomba de decibelios, dispuesta a conjurar el peligro de aburrimiento.

Sueño de aficionado

Nunca fallan. Para ello, se ayudan de un. repertorio en el que brillan joyas como Remember o Picture book. Como siempre ocurre en sus visitas a nuestro país, el público no les permitió bajarse del escenario hasta que hicieron varios bises. En uno de ellos dieron a uno de sus fans -uno de esos que se juegan el propio físico botando en primera fila- la oportunidad de subir al escenario para colgarse la guitarra de McCaughey -la misma con la que acompaña a los REM- y hacer las veces de alucinado guitarrista rítmico. Acompañar al grupo favorito de uno, eso sí que debe ser todo un sueño.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En