El súbito apoyo a la minoría turca de Chipre abre una crisis en la Unión
El súbito apoyo que Francia y Alemania pidieron a sus socios de la Unión para la minoría. turca que ocupa militar e ilegalmente el norte de Chipre ha abierto una grave crisis en la Unión Europea (UE). Ambos países han seguido fielmente las órdenes de Estados Unidos -trasmitidas la semana pasada por la secretaria de Estadom, Madeleine Albright- para que la UE acoja a Turquía, y logre disolver así la amenaza formulada por Ankara de que vetará la ampliación de la OTAN si Bruselas no la trata mejor.Ambos desean también no importar problemas, para lo cual prefieren no negociar la adhesión de la isl...
El súbito apoyo que Francia y Alemania pidieron a sus socios de la Unión para la minoría. turca que ocupa militar e ilegalmente el norte de Chipre ha abierto una grave crisis en la Unión Europea (UE). Ambos países han seguido fielmente las órdenes de Estados Unidos -trasmitidas la semana pasada por la secretaria de Estadom, Madeleine Albright- para que la UE acoja a Turquía, y logre disolver así la amenaza formulada por Ankara de que vetará la ampliación de la OTAN si Bruselas no la trata mejor.Ambos desean también no importar problemas, para lo cual prefieren no negociar la adhesión de la isla hasta que se haya resuelto su división, en contra de lo que pactaron hace dos años.
En el fondo, pretenden también utilizar el caso de Chipre como una palanca para reconciliar a griegos y turcos. Pero han elegido el peor camino. Desdiciéndose del acuerdo dé marzo de 1995 según el cual los Quince iniciar las las negociaciones de adhesión con el único Gobierno reconocido por la ONU, el de Nicosia, propusieron, junto con la presidencia holandesa, que la comunidad turcochipriota "sea involucrada en el proceso de integración". Una segunda versión edulcorada por la presidencia molestó a París y Bonn, que sin embargo aceptaron. "Pero nada por debajo de eso", espetó el ministro alemán Klaus Kinkel. "No queremos ninguna ambigüedad", corroboró el ministro francés Hervé de Charette.
Nada que objetar jurídicamente si se tratase sólo de un diálogo político para empujar a las dos comunidades al acuerdo y que al final, todos los ciudadanos, del norte y el sur de la dividida isla, puedan votar lo mismo. Pero todo que oponerse, si se interpreta que ese portillo abre una enorme compuerta al reconocimiento del Gobierno ilegal de Rauf Denktash, sostenido militarmente por la Turquía ocupante. Es lo que interpretó Grecia, padrina siempre aislada de los grecochipriotas. Vetó el acuerdo, y su ministro de Exteriores, Theodoros Pangalos, anunció desde Atenas que "vetará" también la ampliación de la Unión Europea al Este. Resultado: el consejo de asociación UE-Chipre se quedará hoy sin "diálogo estructurado" para preparar la adhesión. Otra crisis.