Crítica:MÚSICA

Una obra maestra

Francisco Guerrero (Linares, 1951) terminó, al fin, su Zayin, una obra en siete capítulos pensada en función del virtuosismo interpretatilvo del Cuarteto Arditti y con la que lleva peleando desde 1983. Las diferentes entregas se corresponden con las búsquedas creativas de Guerrero en el momento en que las escribió y van desde la combinatoria pura y dura del arranque hasta un método de composición totalmente fractal en las últimas piezas. Cuatro tríos (I, II, III y V), dos cuartetos (IV y VII) y un espectacular solo de violín (VI) completan una organización en que se dan cita todas las e...

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Francisco Guerrero (Linares, 1951) terminó, al fin, su Zayin, una obra en siete capítulos pensada en función del virtuosismo interpretatilvo del Cuarteto Arditti y con la que lleva peleando desde 1983. Las diferentes entregas se corresponden con las búsquedas creativas de Guerrero en el momento en que las escribió y van desde la combinatoria pura y dura del arranque hasta un método de composición totalmente fractal en las últimas piezas. Cuatro tríos (I, II, III y V), dos cuartetos (IV y VII) y un espectacular solo de violín (VI) completan una organización en que se dan cita todas las experimentaciones e inquietudes sonoras del autor en los últimos 14 años. Cada una de las partes está dedicada a una mujer. Ello quizá explique el lirismo poético de Zayin III. La destinataria es su hija.Las relaciones de Zayin (número 7 en hebreo) con obras de otro formato de Guerrero son evidentes: Zayin I (1983) se corresponde con Ariadna para orquesta de cuerda (1984); Zayin II (1989), con Rhea (1988), para 12 saxofones, y así sucesivamente. La duración total de la obra es de 61 minutos. Aunque en diversas tribunas internacionales se habían escuchado fragmentariamente algunas de las composiciones, la primera ejecución completa ha sido en Sevilla, fruto del encargo de Zayin VII por el Festival Internacional de las Artes que organiza la revista Sibila.

Zayin l, II, III, IV, V, VI y VII

Dirigida por Francisco Guerrero. Cuarteto Arditti. Segundo Festival Internacional de las Artes Sibila. Teatro Central. Sevilla, 8 de febrero.

El impacto que produce Zayin al oírse completo es extraordinario. Guerrero ha dado lo mejor de sí mismo en esta obra maestra de la música de nuestros días, con una precisión constructiva heredera de Bach y con una fuerza interior que hace pensar en Beethoven.

El Cuarteto Arditti se mueve a sus anchas en estos pentagramas de enorme complejidad y sugerentes tensiones. ¿Un día histórico para la música española? Con toda seguridad. Es de esperar que sirva para que la aureola de autor maldito que posee Guerrero en nuestro país desaparezca. No es lógico que sea mucho más conocido y admirado en el extranjero. Su talento, su imaginación y su rigor le hacen acreedor a un puesto de primerísima fila en la composición española de la segunda mitad del siglo XX. El éxito fue inmenso.

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