Eterno mercenario

Magnífica voz la de este profesional, eterno mercenario en otros grupos, capaz de evocar el terciopelo en sus interpretaciones de contenidos medios tiempos de soul elegante. Hace tan fácil cantar, que da gusto verle al borde del escenario, paseándose con ese gorrito de lana característico y esa cara de turista simpático que tiene. Una vez más en España, el país donde comercialmente mejor se le trata, Carrack supo encantar a una entregada parroquia que le sigue desde sus tiempos en Ace o Squeeze e incluso ahora en Mike & The Mechanics; y lo hizo sin excesos, sirviéndose de una orquestaci...

Magnífica voz la de este profesional, eterno mercenario en otros grupos, capaz de evocar el terciopelo en sus interpretaciones de contenidos medios tiempos de soul elegante. Hace tan fácil cantar, que da gusto verle al borde del escenario, paseándose con ese gorrito de lana característico y esa cara de turista simpático que tiene. Una vez más en España, el país donde comercialmente mejor se le trata, Carrack supo encantar a una entregada parroquia que le sigue desde sus tiempos en Ace o Squeeze e incluso ahora en Mike & The Mechanics; y lo hizo sin excesos, sirviéndose de una orquestación pop ejecutada por unos impresionantes músicos que han tocado con los más grandes y que aquí, sin embargo, sólo necesitaban ir a medio gas.En el repertorio figuraban temas de su último disco en solitario, Blue View, y canciones recientemente compuestas junto a Mike Rutherford -Over my shoulders o Living years- Pero también hubo excelentes guiños a un pasado melódico del que Paul Carrack es directamente deudor: Tempted, canción popularizada ahora por un anuncio de una conocida marca de automóviles, o How long, su éxito más antiguo. Carrack, una vez más, dejó muy buen sabor de boca ante el público hispano, qué ya le recibe como un nuevo Phll Collins. A ver si sale un pelín menos pretencioso.