Un catedrático de la Complutense recomienda a sus alumnos un libro suyo de contenido racista

El profesor califica a los negros de "inferiores a los blancos", y a los orientales, de "torpes"

Un libro de contenido racista y xenófobo, escrito por el catedrático de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense Madrid Guillermo Quintana, ha desatado el rechazo de los estudiantes de tercero de la Facultad de Educación. En el texto, titulado La psicología de la personalidad y sus trastornos, figuran graves calificaciones despectivas, contra los negros, a los que considera "inferiores a los blancos", infantiloides y cobardes. De los orientales dice que son "lentos y torpes". Tampoco salen bien parados Felipe González, Jordi Pujol o Javier Arzalluz, a los que califica de "paran...

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Un libro de contenido racista y xenófobo, escrito por el catedrático de Psicología de la Educación de la Universidad Complutense Madrid Guillermo Quintana, ha desatado el rechazo de los estudiantes de tercero de la Facultad de Educación. En el texto, titulado La psicología de la personalidad y sus trastornos, figuran graves calificaciones despectivas, contra los negros, a los que considera "inferiores a los blancos", infantiloides y cobardes. De los orientales dice que son "lentos y torpes". Tampoco salen bien parados Felipe González, Jordi Pujol o Javier Arzalluz, a los que califica de "paranoicos".

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El libro, calificado en el prólogo por el escritor Torcuato Luca de Tena como "magna obra", fue recomendado a principio de curso a los alumnos de tercer curso de las especialidades de Música y de Pedagogía, a los que el profesor imparte respectivamente las asignaturas Base Psicopedagógica de la Educación Especial I y Psicología de la Intervención Educativa.En el texto se hacen alusiones racistas ("la religión musulmana es violenta entre si"), se hace apología de la violencia ("la violencia sólo se vence con la violencia") y se ataca á algunos partidos, como el PSOE o el PNV, al que tacha de ser complaciente con ETA.

Lo cuenta, con un tono de cierta indignación, una de las alumnas, Raquel Jimeno, de 20 años: "La compra del libro fue prácticamente obligada. El profesor [Guillermo Quintana] nos aseguró que el contenido de sus clases se encontraba en el libro que acababa de publicar. Y que aquellos que no pudieran asistir a clase, con sólo leérselo estaban aprobados".

Para que la compra del libro resultara más cómoda, sigue contando esta futura pedagoga, el catedrático elaboró una lista con los alumnos que solicitaban la compra de un ejemplar, que él mismo se encargaría de solicitar directamente a la editorial CCS a un precio, 2.100 pesetas, más asequible que el normal.

Raquel Jimeno hizo caso al profesor y encargó el libro. Pero la sorpresa llegó cuando comenzó a devorar sus 463 páginas. "No podía creer las barbaridades que allí se dicen y que el profesor Quintana me estaba obligando a leer. Algunos alumnos protestamos y le dijimos al profesor que a un futuro maestro no le puede imponer ese tipo de enseñanzas racistas y clasistas. Nos contestó que, efectivamente, ésa es su teoría y los alumnos no le podemos obligar a que defienda otra", explica la estudiante, quien señala que en los días posteriores a las quejas, el profesor cambió su postura y entregó una nota a sus alumnos. "En ella decía que no nos había obligado a comprar el libro, que simplemente nos había puesto en contacto con la editorial para que nos dieran facilidades de pago", prosigue Raquel Jimeno.

En el capítulo Desarrollo de la personalidad fenotípica, para hablar del cambio de personalidad relata una curiosa anécdota, la de una monja, de nombre sor Odilia, que un buen día decidió regresar a la vida secular. Al conocer la noticia, Guillermo Quintana sintió la curiosidad de hacerle una visita y he ahí lo que él califica de sorpresa: "Sus piernas, antes ocultas o protegidas por los sayales del hábito, eran ahora dos piernas bastante feas apenas cubiertas por una minifalda. Sus ojos, antes casi cerrados para la meditación y el recogimiento, eran ahora dos luceros saltones con toneladas de rímel puesto en sus pestañas como con la paleta de un albañil. Sus labios, hechos para rezar, seguían estando bien esculpidos, pero con cantidades enormes de carmín, puesto en desorden, no por haber besado los pies del crucifijo, sino otra cosa más estimulante".

Este periódico ha intentado sin éxito localizar a Quintana. Sí logró hablar con el rector de la Complutense, Rafael Puyol, quien aseguró que no ha leído el texto. Pero quiso aclarar: "Si en el libro se hacen ese tipo de descalificaciones racistas y xenófobas, lo deploro profundamente". Puyol aseguró que el martes, cuando se incorpore a su despacho, estudiará el contenido del texto y adoptará las medidas oportunas.

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