Miles de hutus regresan a Ruanda desde Tanzania

Una ordenada columna de decenas de miles de refugiados hutus comenzó a atravesar a primera hora de la tarde de ayer el puesto fronterizo de Rusumo, entre Ruanda y Tanzania. Los más de 300.000 ruandeses que se internaron el jueves en la maleza tanzana para eludir una repatriación forzosa dieron marcha atrás el viernes, bloqueados en su escapada por las tropas de Dar es Salam, y emprendieron el regreso a su país, de donde huyeron en 1994.

La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Christiane Berthiaume, confirmó ayer en Ginebra que decenas de ...

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Una ordenada columna de decenas de miles de refugiados hutus comenzó a atravesar a primera hora de la tarde de ayer el puesto fronterizo de Rusumo, entre Ruanda y Tanzania. Los más de 300.000 ruandeses que se internaron el jueves en la maleza tanzana para eludir una repatriación forzosa dieron marcha atrás el viernes, bloqueados en su escapada por las tropas de Dar es Salam, y emprendieron el regreso a su país, de donde huyeron en 1994.

La portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), Christiane Berthiaume, confirmó ayer en Ginebra que decenas de miles de refugiados se encaminaban hacia la frontera ruandesa. Los responsables de ACNUR en Rusumo, que habían acudido hasta la frontera con 200 camiones para facilitar la repatriación de los refugiados, registraron a las 16.15 el paso de los primeros centenares de retornados, a la cabeza de una columna de unos 20 kilómetros de longitud. Nada más llegar al puesto de Rusumo, varios ruandeses relataron que tropas del Ejército tanzano les habían escoltado.El éxodo de ida y vuelta se originó el pasado jueves, cuando 300.000 refugiados en los campos de la región tanzana de Ngara, a unos 20 kilómetros de la frontera con Ruanda, huyeron en dirección a Malaui y Kenia para evitar su repatriación forzosa. Según las órdenes de las autoridades de Dar es Salam, los 540.000 ruandeses exliados en Tanzania deben abandonar el país antes del próximo 1 de enero. Las fuerzas de seguridad tanzanas bloquearon los caminos y les obligaron a regresar el viernes hacia el campo de Benaco, donde en la mañana de ayer fueron convencidos por los responsables de ACNUR para que volviesen a Ruanda. En esta ocasión, las agencias humanitarias parecen haber organizado un retorno ordenado, tras el caótico regreso de centenares de miles de ruandeses desde el este de Zaire el pasado noviembre.

Mientras se consuma el nuevo éxodo, la fuerza multinacional bajo mando canadiense que debía garantizar la seguridad de los refugiados se prepara para abandonar la región de los Grandes Lagos. El comandante canadiense Louis Garneau anunció ayer que el contingente militar comenzará a salir de Uganda a comienzos de la próxima semana. El comité director de la misión, que integra a 14 países, decidió el viernes en Nueva York la disolución de la fuerza multinacional, que en realidad nunca llegó a constituirse en su totalidad, antes de que acabe el presente mes.

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