Un catedrático investiga la posible contanyinación del acuífero del Jararna

El catedrático de Hidrogeología de la Universidad Complutense, Ramón Llamas, ha aceptado el encargo de la Fiscalía de Medio Ambiente de investigar la posible contaminación del acuífero del Jarama. "Como opinión inicial puedo decir que se trata de un caso paradigmático e importante que acabará sentando jurisprudencia y que refleja que el principal problema de las aguas es la contaminación", afirmó Llamas.El caso saltó a la luz cuando una gasolinera de San Fernando de Henares sufrió una fisura en sus tanques de combustible y el derrame alcanzó el acuífero. Al efectuarse la limpieza del agua subt...

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El catedrático de Hidrogeología de la Universidad Complutense, Ramón Llamas, ha aceptado el encargo de la Fiscalía de Medio Ambiente de investigar la posible contaminación del acuífero del Jarama. "Como opinión inicial puedo decir que se trata de un caso paradigmático e importante que acabará sentando jurisprudencia y que refleja que el principal problema de las aguas es la contaminación", afirmó Llamas.El caso saltó a la luz cuando una gasolinera de San Fernando de Henares sufrió una fisura en sus tanques de combustible y el derrame alcanzó el acuífero. Al efectuarse la limpieza del agua subterránea, dos empresas privadas analizaron el agua y detectaron la presencia policlorofenilo (PCB), una sustancia tóxica y cancerígena. Esta contaminación no procedía del escape de gasolina, sino, supuestamente, de un antiguo almacén ilegal de aceites usados, cerrado en 1991. La fiscalía abrió una investigación (véase EL PAÍS del 8 de junio pasado) y solicitó la intervención de un técnico independiente para que analizase el agua. El experto elegido ha sido Ramón Llamas, quien ahora está a la espera de que le remitan la documentación del caso. Posteriormente, iniciará la investigación de campo. Su dictamen, que presumiblemente estará listo en enero, determinará el rumbo de la instrucción judicial.

Los informes que destaparon la contaminación del acuífero señalaban que la concentración de PCB no superaba los límites establecidos por la legislación española. El problema, según fuentes judiciales, residía en que esta normativa es muy antigua y que si se toman como referencia los limites marcados en otros países el nivel tóxico de estas aguas supera el umbral permitido. El acuífero del Jarama, pese a que no se usa para abastecimiento de agua corriente, sí que es empleado para regadíos ilegales en huertos de la zona.

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