Eduardo Mignogna aborda los sentimientos de la gente madura en 'Sol de otoño'

Los actores Federico Luppi y Norma Leandro protagonizan la película

ROCIO GARCÍA, Convencido de que ha llegado el tiempo de hablar de los sentimientos de las personas maduras, "esas que saben lo que es el dolor y las cicatrices", el argentino Eduardo Mignogna escribió y dirigió Sol de otoño, película que protagonizan Federico Luppi y Norma Leandro y que se estrena en España el próximo viernes. Por su interpretación, Norma Leandro consiguió la Concha de Plata a la mejor actriz en el pasado Festival de San Sebastián.

Sol de otoño comenzó como un cuento literario y terminó en una película. Como casi todo lo que aborda Eduardo Mignogna, el escritor m...

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ROCIO GARCÍA, Convencido de que ha llegado el tiempo de hablar de los sentimientos de las personas maduras, "esas que saben lo que es el dolor y las cicatrices", el argentino Eduardo Mignogna escribió y dirigió Sol de otoño, película que protagonizan Federico Luppi y Norma Leandro y que se estrena en España el próximo viernes. Por su interpretación, Norma Leandro consiguió la Concha de Plata a la mejor actriz en el pasado Festival de San Sebastián.

Sol de otoño comenzó como un cuento literario y terminó en una película. Como casi todo lo que aborda Eduardo Mignogna, el escritor metido a director, un paso que dio "como cuando uno se enamora, de manera natural, sin dolor". "Filmar es una manera de escribir", dijo ayer Mignogna en Madrid, donde presentó la película.Sol de otoño comienza con un pretexto: un anuncio que publica una mujer judía (Norma Leandro) en un diario en busca de un pretendiente (Federico Luppi). Continúa con otro: un hermano que nunca aparece, y termina, una vez despejados ambos, en una historia de amor entre dos personas. Si Mignogna tenía algún miedo a la hora de abordar Sol de otoño era el de que los personajes no se excedieran, ni en la simulación ni en la sinceridad y, sobre todo, el de no caer en la sensiblería, -"atavesar' Ios sentimientos sin subrayarlos demasiados"-.

Eduardo Mignogna confiesa que hay mucho de sus sentimientos en Sol, de otoño, "los conscientes y los inconscientes", y que él arrastra en su vida muchos zonas parecidas a las del personaje de Federico Luppi, sobre todo "los argumentos para las fugas permanentes". Sol de otoño se hizo, dice su director, sin plantearse el éxito y casi armoniosamente, buscando cada uno sus propios sentimientos.

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