Crítica:

Puro refinamiento estético

Suede y The Boo Radleys Sala La Riviera. 2.500 pesetas. Domingo, 10 de noviembre.

La ciudad de Madrid volvió a mostrar rendición incondicional ante uno de los grupos del momento, los británicos Suede, colgando el cartel de no hay billetes a la puerta del recinto. Para abrir boca, sus compatriotas The Boo Radleys realizaron una actuación inicial en la que daban a conocer al público español los temas de su quinto álbum, C'Mon Kids, repleto de referentes psicodélicos. La banda de Martin Carr, que alcanzó su punto álgido -y tal vez por casualidad- con su anterior disco,...

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Suede y The Boo Radleys Sala La Riviera. 2.500 pesetas. Domingo, 10 de noviembre.

La ciudad de Madrid volvió a mostrar rendición incondicional ante uno de los grupos del momento, los británicos Suede, colgando el cartel de no hay billetes a la puerta del recinto. Para abrir boca, sus compatriotas The Boo Radleys realizaron una actuación inicial en la que daban a conocer al público español los temas de su quinto álbum, C'Mon Kids, repleto de referentes psicodélicos. La banda de Martin Carr, que alcanzó su punto álgido -y tal vez por casualidad- con su anterior disco, Wake up, interpretó sus nuevas composiciones en medio de una atmósfera más calmada y contemplativa de lo que se esperaba. Las baladas y los tiempos lentos parecen haber sustituido, a los ritmos souleros normales de la temporada anterior. Ahora son más para oír que para bailar. A los acordes de su canción She, los Suede irrumpieron en el escenario, dando comienzo a uno. de los espectáculos de pop actual más sugerentes y atractivos de cuantos puedan contemplarse. Musicalmente, el asunto sigue siendo puro Bowie de la época Ziggy Stardust o una estilización de los primeros Roxy Music. El glam está asegurado por la actitud y personalidad del cantante Brett Anderson y sus chicos, toda: refinamiento estético y más conectada con el mundo de la moda y la imagen de los años ochenta que con las tendencias de la actualidad. Suede goza de la ventaja de poseer un repertorio de excelentes canciones que en directo alcanzan toda su dimensión épica o romántica. Las de su último elepé, Coming up, tanto como las del anterior, Dog Man Star, llevan camino de convertirse en legendarias y, pese a repetir clichés ya sabidos, suenan ahora con una vigencia especial y un gusto exquisito. Por destacar algunos títulos, hay que hacer mención de Filmstar o Picnic by the motorway entre las más modernas; pero la noche también vivió uno de los momentos más hermosos a los acordes de So young, evidenciando una de las características fundamentales de Suede: su facilidad para dotar a la música pop de una belleza sin paliativos.

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