FERIA DE OTOÑO

"La vuelta al ruedo me supo a gloria" dice Liria

El torero murciano Pepín Liria estaba eufórico después de la corrida por haber logrado dar la única vuelta al ruedo del festejo, en el último de la tarde. "Fue una vuelta que me supo a gloria porque me he jugué la vida sin trampa ni cartón", manifestó. "La gente lo ha visto y me lo ha recompensado. Estoy tan contento que casi ni me duele el topetazo que me ha pegado en en el hombro y las costillas. Gracias a Dios, sólo me ha hecho magulladuras".

El toro, según Liria, era muy difícil. "Tenía todas las complicaciones del mundo, como para no haber expuesto nada. Tenía mucha acometivida...

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El torero murciano Pepín Liria estaba eufórico después de la corrida por haber logrado dar la única vuelta al ruedo del festejo, en el último de la tarde. "Fue una vuelta que me supo a gloria porque me he jugué la vida sin trampa ni cartón", manifestó. "La gente lo ha visto y me lo ha recompensado. Estoy tan contento que casi ni me duele el topetazo que me ha pegado en en el hombro y las costillas. Gracias a Dios, sólo me ha hecho magulladuras".

El toro, según Liria, era muy difícil. "Tenía todas las complicaciones del mundo, como para no haber expuesto nada. Tenía mucha acometividad, agresividad y un punto de mansedumbre que lo hacía muy incierto y muy emocionante para la gente. Aunque he intentado sacarlo a los medios, no he podido y le he planteado batalla en su terreno".

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Por el pitón izquierdo desarrollaba mucho peligro, dice Liria, por lo cual apenas le dio tres naturales. "Ya en un pase de pecho quiso arrancarme la cabeza, pero había que demostrar a la gente que por ese lado el toro no tenía un pase. Si llego a insistir por el pitón izquierdo, me coge, seguro".

El mayor mérito de su labor, según Liria, radicó en levantar el ánimo de los espectadores. "No era fácil dar la vuelta a la tortilla porque la gente estaba ya harta de ver toros cayéndose, como mi primero, que era noblón, soso, sin emoción. Pero la gente ha estado extraordinaria conmigo. Por eso, ha merecido mucho la pena haber vuelto a Madrid".

Afición desesperada

Coincide Manuel Caballero con Liria en que la falta de fuerza de los toros había desesperado a la afición. "No sólo a la gente, sino también a los toreros, que estamos ahí haciendo el esfuerzo y no puedes tener recompensa porque no se da importancia a lo que haces", manifesta Caballero, que sufrió un varetazo en el vientre al matar el cuarto toro.Caballero estaba satisfecho de la faena a ese toro. "Ha sido una faena más para mí que para los espectadores. El toro venía andando todo el rato y creo que lo he templado. Me ha cogido al entrar a matar porque no ha humillado nunca, yo he entrado muy derecho, despacio y quizá me he dormido un poco".

El primer toro, según Caballero, no valía nada. "Venía siempre topando, soso, con la cara alta., sin celo. Lo he matado bien".

El Tato tampoco acabó muy contento. "Me voy un poco frustrado", manifestó. "He estado digno con mi primer toro, que tenía nobleza pero bastante poca fuerza. Ha sido muy protestado desde el principio y lo que se pudiera hacer con él parecía poco importante. Con la izquierda he dado muletazos buenos".

El quinto desarrolló genio, según El Tato. "Fue un toro muy huido desde que salió. Inicié la faena por bajo y cuando intenté ligar los pases parece que a parte

de la gente no le han gustado mis formas".

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