Crítica:FOLK

Del Norte llegan

Dos largos cuernos resonando a cada lado del escenario en una evocación de tiempos remotos, mientras al fondo, un tercer hombre, con el rostro oculto tras una máscara de macho cabrío, golpea obsesivamente un enorme pandero en cuya piel hay dibujados dragones alados. Dos mujeres caminan con paso solemne y de sus gargantas nace un canto, monocorde. Así comenzó la presentación de Hediningarna, o sea, los bárbaros.En este fin de milenio los nórdicos vuelven a amenazar al sur de Europa con otra invasión. Ahora no se trata de los temidos vikingos ni de hordas de turistas sino de músicos. Elig...

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Dos largos cuernos resonando a cada lado del escenario en una evocación de tiempos remotos, mientras al fondo, un tercer hombre, con el rostro oculto tras una máscara de macho cabrío, golpea obsesivamente un enorme pandero en cuya piel hay dibujados dragones alados. Dos mujeres caminan con paso solemne y de sus gargantas nace un canto, monocorde. Así comenzó la presentación de Hediningarna, o sea, los bárbaros.En este fin de milenio los nórdicos vuelven a amenazar al sur de Europa con otra invasión. Ahora no se trata de los temidos vikingos ni de hordas de turistas sino de músicos. Eligen alguna melodía hipnótica, a ser posible perteneciente a un documento ancestral; preparan un arreglo a lo King Crimson pero mucho más sencillito; recuperan instrumentos y buscan un sonido denso y opaco; añaden dos voces de la cosecha finlandesa, y terminan los temas en el momento más inesperado: el resultado es Hedningarna.

Hedningarna

Sanna Kurki-Suonio y Anita Lehtola (voces), Totte Mattsson (laúd, mandolina y lira), Björn Tollin (percusión),Anders Stake (violín, gaita sueca, arpa de arco y guimbarda) y Ulf Ivarsson (bajo y batería electrónica).Palacio de Congresos y Exposiciones. Madrid, 21 de septiembre.

Instrumentos de apariencia vetusta; sonido contemporáneo, capaz de competir en el mercado actual. La moderna apuesta va por ofrecer música foIk diluida en el rock, una de forma hacerla digerible para los más jóvenes. Especial, sí es este grupo sueco. Probablemente esté indicando el camino a seguir para otros en una encrucijada similar. Y resulta comprensible que se mencionen las rave parties ,al hablar de Hedningarna porque muchas de sus canciones podrían escucharse en esas agitadas madrugadas.

Quienes marcan la diferencia con su presencia son las dos cantantes. En las tierras de Carelia, con esas mujeres que cantan al modo balcánico y un cancionero inspirado en una saga épica aparentemente inagotable, han encontrado los escandinavos un filón. A principios de los noventa cuando, tras un primer disco instrumental, los tres suecos se preguntaban hacia dónde tirar, se toparon durante un viaje a Finlandia con un coro de jovencitas, y se les abrió el cielo. Las finlandesas ofrecieron una canción de cuna a dos voces de lo más reconfortante.

Los de Hedningarna no olvidarán fácilmente su primera actuación española. Sus miradas y gestos denotaban cierta incredulidad. Y es que, al final, buena parte del público ocupó los pasillos del encorsetado local para bailar y jalear su nombre como si se tratara de animar a su equipo de baloncesto. Ya sólo queda organizarles una gira a estos chicos. El éxito parece asegurado.

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