El Congreso de Flamenco termina con el análisis de las estéticas de lo jondo

El cante, el baile, el toque y la copla centraron la última sesión

El XXIV Congreso de Arte Flamenco, que concluyó ayer en Sevilla, fue dedicado, en el aspecto científico, al estudio y análisis de las estéticas de las distintas facetas de lo jondo: el cante, el baile, el toque y la copla. Ha sido probablemente el congreso flamenco más concurrido de la historia, con alrededor de 280 congresistas.

El estudioso francés Bernard Leblon fue terminante al afirmar que la historia del flamenco es, desde fines del siglo XVIII, un vaivén constante entre estilos musicales y concepciones estéticas totalmente distintas. Leblon afirmó que cuando estas músicas pasaron...

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El XXIV Congreso de Arte Flamenco, que concluyó ayer en Sevilla, fue dedicado, en el aspecto científico, al estudio y análisis de las estéticas de las distintas facetas de lo jondo: el cante, el baile, el toque y la copla. Ha sido probablemente el congreso flamenco más concurrido de la historia, con alrededor de 280 congresistas.

El estudioso francés Bernard Leblon fue terminante al afirmar que la historia del flamenco es, desde fines del siglo XVIII, un vaivén constante entre estilos musicales y concepciones estéticas totalmente distintas. Leblon afirmó que cuando estas músicas pasaron a la intimidad del hogar gitano se produjeron las transformaciones más espectaculares, y el cambio de situación acarreó un cambio de estética.José Martínez Hernández reivindicó, una vez más, que el cante jondo es una música culta -"por su profunda sensibilidad, por su poesía arrebatadora, por su fidelidad a la emoción primigenia, por su respeto a la memoria, por su sentir trágico de la vida, por su sabiduría intuitiva y su carácter hondamente popular"-, pero no refinada, sino primitiva; no letrada, sino analfabeta; no escrita, sino oral. "Arte del cultivo del corazón", llama Martínez al cante jondo, subrayando la esencialidad de la emoción en esta música.

El planteamiento de la estética del baile corrió a cargo de Teresa Martínez de la Peña, quien, de acuerdo con la clasificación del alemán Curt Sachs, considera el baile flamenco como "danza introvertida", es decir, que los movimientos se dirigen de fuera adentro. Distinguió entre el baile que se hace en un espacio reducido -el cuarto o el círculo- y el del ballet teatral, que considera completamente distintos. La bailaora Milagros Mengíbar ilustró algunas de las fases de la exposición de la ponente. El bailaor Mistela abogó por el equilibrio en el baile entre las dos fuerzas que lo determinan: el arte y la técnica.

La ponencia sobre la estética del toque, del guitarrista clásico José María Gallardo, motivó una fuerte controversia sobre la diferencia entre la técnica de toque de su especialidad y la técnica de la guitarra flamenca, produciéndose una interesante controversia en la que participó Víctor Monje, Serranito.

El poeta Rafael Montesinos habló sobre la estética del toque, refiriéndose a su experiencia como escritor de coplas que a veces se han llevado al flamenco. "De nuestro cante aprendí la difícil sencillez de la palabra, que es el alma de la poesía".

Por primera vez en un congreso de flamenco la universidad tuvo una participación activa, becando a un nutrido grupo de alumnos interesados como congresistas. Para la celebración del XXV Congreso de Arte Flamenco, en septiembre de 1997, fue fijada la sede de Arlés (Francia).

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