Una faena de cinco minutos

Torrestrella /Amador, Mora, Morante

Novillos de Torrestrella, discreto de presencia, sospechosos de pitones flojos -6º, inválido-, pastueños.



Manolo Amador:
pinchazo bajo bajonazo (silencio); estocada corta delantera (aplausos y saludos).



Eugenio de Mora:
metisaca bajo, estocada caída, descabello -aviso con retraso- y siete descabellos (silencio); media estocada caída y rueda de peones (oreja). Morante de la Puebla: bajonazo (oreja); estocada corta perpendicular y rueda insistente de peones (oreja); salió a hombros.
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Torrestrella /Amador, Mora, Morante

Novillos de Torrestrella, discreto de presencia, sospechosos de pitones flojos -6º, inválido-, pastueños.

Manolo Amador: pinchazo bajo bajonazo (silencio); estocada corta delantera (aplausos y saludos).

Eugenio de Mora: metisaca bajo, estocada caída, descabello -aviso con retraso- y siete descabellos (silencio); media estocada caída y rueda de peones (oreja). Morante de la Puebla: bajonazo (oreja); estocada corta perpendicular y rueda insistente de peones (oreja); salió a hombros.

Plaza de Arganda, 11 de septiembre. 3ª de feria.

Tres cuartos de entrada.

La faena de Morante de la Puebla al tercer novillo duró cinco minutos, si llegan. Ésta es una novedad. Las faenas actuales duran el doble y hasta puede ser el triple, y normalmente no aportan nada digno de mención. A lo sumo, aburrir al personal.

La faena de Morante de la Puebla fue brillante y, al terminar, nadie echaba nada de menos, salvo una estocada en regla, pues mató de intolerable bajonazo. Todo el toreo lo había hecho Morante de la Puebla en esos cinco minutos si llegan, con el beneplácito de la afición y el júbilo del público orejista.

Lo que se acaba de decir acaso constituya pleonasmo. Una faena de toreo bien hecho no puede durar más de cinco minutos, si llegan: el toro no la admitiría. El aserto vale en sentido contrario: si el toro admite una faena de diez minutos es que el torero no le ha hecho el toreo verdadero.

Hay figuras que salen a aviso por faena, incluso dos, lo cual no empece para que acaben dándoles las orejas en premio a la tesonera labor. Luego se justifican explicando que sus faenas duran tanto porque están a gusto con el toro. Seguramente tienen razón pero quizá sea más cierto que es el toro el que está a gusto con el torero.

Toro que va y viene, sin que se le obligue en la instrumentación de cada suerte; sin que esa suerte sea ligada, ganando terreno el diestro y, por tanto, doblegando al animal, podría estar embistiendo tan serrano y enterizo de aquí a la eternidad.

Es lo que ocurre con esas figuras que dicen estar a gusto con el toro: que se eternizan, y sus trasteos son interminables, y trabajan a destajo, y los pases les salen a cientos en producción seriada, y siempre son los mismos pases, los dos pases, preferentemente el derechazo inevitable. Y la banda, que ameniza la jornada laboral interpretando las escogidas piezas de su variado repertorio, bisa el pasodoble sin solución de continuidad, y un día se va a morir extenuado un músico.

Morante de la Puebla, al novillo tercero aquel, de codiciosa embestida, le toreó con exquisitez por redondos y por naturales, abrochó las tandas mediante pases de pecho realmente hondos, los ayudados y las trincherillas engarzaron la faena bien construida, no rompió su armonía el molinete intercalado a tiempo, se adornó haciendo gala de torería y cuando cuadró, no necesitaba ningún, aditamento la faena. Cinco minutos, si llegan...

Eugenio de Mora se echó la muleta a la izquierda tras un breve tanteo al quinto novillo y ésa fue otra novedad importante en estos tiempos de perpetración abusiva del derechazo. Se echó la muleta a la izquierda Eugenio de Mora y ejecutó cuatro tandas, cuatro, que a lo mejor carecieron de la profundidad y la ligazón deseadas, pero ahí quedó eso. El toreo al natural, traído por un novillero y en Arganda. Vivir para ver.

Manolo Amador dio su versión de toreo agitanado; una concepción muy característica del arte de torear donde se aúnan la flamenquería y la técnica de parar, templar y mandar. No es que le saliera siempre así -antes al contrario, incurrió en desigualdades y destemplanzas- mas se le agradecía la variedad y el gusto.

Estos detalles toreros, que Morante repitió en el sexto y sus compañeros no tuvieron la bondad de prodigar, no ocultaban, sin embargo, otro aspecto de la cuestión: que los novillos eran unos dijes y les pudieron cortar las orejas; ¡las 12! Y si sólo cortaron tres, quedan ahí nueve que se les endosa en números rojos. Novilladita tan pastueña es difícil que se la vuelvan a encontrar.

Suspensión en Albacete

Por otra parte, la corrida de ayer en Albacete, cuarta de feria, se suspendió a causa de la lluvia, y fue aplazada a la mañana del próximo domingo. Estaban anunciados César Rincón (que sustituía a Enrique Ponce, lesionado), Joselito y Finito de Córdoba con toros de Torrestrella.

En Navalcarnero (Madrid), Litri, Jesulín y Andrés Sánchez cortaron siete orejas y un rabo, y en Benamejí (Córdoba) se repartieron 10 orejas y un rabo, El Cordobés, Javier Conde y Cristina Sánchez.

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