Cartas al director

Cinismo atómico

El principal peligro atómico proviene de las más de 10.000 cabezas nucleares de cinco países (EE UU, Rusia -antes URSS-, Reino Unido, Francia y China) que todavía existen, suponiendo que el último tratado para la reducción de arsenales se haya cumplido y se hayan destruido las otras 10.000 que había, tal y como se acordó.El peligro que representan las armas nucleares para la humanidad lo conforma el arsenal existente y el que se sigue construyendo: los' cinco países nucleares nunca han acordado dejar de fabricar estas armas letales y, de hecho, siguen construyendo unas mil más cada año....

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El principal peligro atómico proviene de las más de 10.000 cabezas nucleares de cinco países (EE UU, Rusia -antes URSS-, Reino Unido, Francia y China) que todavía existen, suponiendo que el último tratado para la reducción de arsenales se haya cumplido y se hayan destruido las otras 10.000 que había, tal y como se acordó.El peligro que representan las armas nucleares para la humanidad lo conforma el arsenal existente y el que se sigue construyendo: los' cinco países nucleares nunca han acordado dejar de fabricar estas armas letales y, de hecho, siguen construyendo unas mil más cada año.

Aunque pretendan esconder estas pavorosas cifras, su negativa a dejar de fabricarlas y el ritmo histórico de crecimiento aritmético así lo indican claramente: son el producto de unos 350 centros atómicos, civiles y militares que hay en el mundo y que siguen generando incesantemente entre 75 y 100 toneladas de plutonio cada año, y entre 7.000 y 10.000 toneladas de residuos de uranio. Para hacer una bomba atómica bastan muy pocos kilos de estos productos, y bombas es lo único que saben hacer con ellos.

Aunque residuo es el eufemismo que los productores usan para significar que se crea involuntariamente, como consecuencia de otro objetivo principal, cual es supuestamente la generación de energía. Vistos los resultados de medio siglo de industria nuclear, con un mero 4% de energía mundial de origen nuclear y las bombas que se han producido y se están produciendo, uno no puede sino concluir que el objetivo principal de las centrales nucleares ha sido producir material para bombas y que la electricidad ha sido y es el verdadero residuo. '

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Así pues, las pruebas de armas atómicas sólo son una pequeña parte del problema. Suprimirlas es muy positivo para la humanidad, pero absolutamente insuficiente para su verdadera seguridad. El peligro más grave es el de la producción continuada y la tenencia del arsenal creado, y el que año a año se va acumulando, que los cinco países mencionados se niegan a parar y eliminar, respectivamente. Apoyo, por tanto, la decisión de los Gobiernos de la India y de Irán (es decir, de Gobiernos que representan a un sexto de la población pobre del planeta) de no firmar el tratado de prohibición de pruebas nucleares (mal menor) hasta que los cinco cínicos no se comprometan a decir cuándo eliminarán totalmente sus enormes arsenales y dejarán de producir más y más bombas, en exclusivo derecho de pernada (mal mayor).-

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