Las pruebas sobre la explosión del avión de la TWA siguen esparcidas en el fondo del Atlántico

Las principales pruebas para demostrar que el vuelo TWA 800 fue derribado por una bomba se encuentran esparcidas en el océano Atlántico, en un área de casi mil kilómetros cuadrados y hundidas a 40 metros de profundidad. No se trata sólo de las cajas negras, que recogen las grabaciones de los pilotos y la información de los sistemas de control, sino de los restos principales del fuselaje del avión, que son los que servirán para comprobar si algo explotó dentro, si el aparato recibió un impacto exterior o si se produjo un fallo mecánico, posibilidad que todavía no ha sido oficialmente descartada...

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Las principales pruebas para demostrar que el vuelo TWA 800 fue derribado por una bomba se encuentran esparcidas en el océano Atlántico, en un área de casi mil kilómetros cuadrados y hundidas a 40 metros de profundidad. No se trata sólo de las cajas negras, que recogen las grabaciones de los pilotos y la información de los sistemas de control, sino de los restos principales del fuselaje del avión, que son los que servirán para comprobar si algo explotó dentro, si el aparato recibió un impacto exterior o si se produjo un fallo mecánico, posibilidad que todavía no ha sido oficialmente descartada.

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El mal tiempo del viernes en la costa de Nueva York, donde el Boeing 747 se estrelló el viernes con 230 personas a bordo, impidió avanzar como se esperaba en la recuperación de las piezas del aparato. Hasta el momento, los investigadores sólo disponen aproximadamente un10% del total del fuselaje, que no ha sido suficiente para que el FBI de ya por buena la versión del atentado terrorista, que sigue siendo por la que más se inclinan los expertos. En todo caso, el FBI sí califica ya de "criminal" la investigación sobre la explosión del Boeing 747 de la TWA y, reconoce que hay "escasas" posibilidades de que un fallo mecánico fuera la causa del siniestro.El resto del aparato, junto a un centenar de los pasajeros desaparecidos, permanece hundido. Ayer el tiempo mejoró en la zona, pero los vientos seguían siendo fuertes y las labores de rescate difíciles. Ante esas complicaciones, los jefes del FBI están considerando la posibilidad de bajar cámaras al fondo del mar para dar a los investigadores material suficiente con el que declarar oficialmente este suceso un acto de sabotaje.

Estudiar los fragmentos

"Querernos buscar algún tipo de residuo, queremos ver cómo se quemó el metal y cómo son los fragmentos", declaró el jefe de la investigación del FBI sobre el, terreno, Jámes Kallstrom. Por la forma en que está roto el fuselaje -si los bordes están hacia adentro o hacia afuera, por ejemplo- los expertos son capaces de reconstruir fielmente lo ocurrido.Varios medios de comunicación insistieron ayer en que, de forma privada, las autoridades reconocen ya que sólo una bomba o un misil pudo causar el tipo de explosión que han relatado los testigos del siniestro. Según la cadena de televisión ABC, los investigadores sospechan que una nevera portátil con un órgano para un trasplante pudo contener los explosivos. Estos contenedores no suelen examinarse con rayos X y se guardan en la cabina del piloto.

El FBI, que dirige un equipo de expertos en terrorismo encargados de esta investigación, ha puesto en marcha también un red de búsqueda de información a nivel local, nacional e internacional. Decenas de agentes realizan entrevistas en el área de Long Island, donde se produjo la catástrofe, y rastrean las playas en busca de alguna pista. El FBI ha puesto, además, en servicio un teléfono y una página de Internet en los que se pueden facilitar datos que puedan contribuir a aclarar los hechos.

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Al mismo tiempo, la CIA recaba información entre otras agencias de espionaje alrededor del, mundo, particularmente en Atenas, desde donde el avión de TWA había viajado antes de salir de Nueva York con destino a París.

El Departamento de Estado ha asegurado que ninguna de las reivindicaciones que se han producido hasta el momento están creíblemente relacionadas con el siniestro del Boeing 741.

Portavoces de diferentes agencias de investigación han declara do que están trabajando sobre una larga lista de grupos e individuos sospechosos de haber cometido el atentado, pero han reconocido que no disponen de ningún dato solvente para hacer esa lista. más corta. James Kallstrom aseguró que "si se confirma el sabotaje, los cobardes que cometieron este acto criminal serán encontrados allí donde estén".

El presidente Bill Clinton, que inauguró en la madrugada española del sábado los Juegos Olímpicos de Atlanta, regresó ayer a Washington, desde donde sigue de cerca las investigaciones.

En su discurso radiofónico de los sábados, Clinton se refirió a esta tragedia para manifestar su solidaridad con los familiares de las víctimas. Pero no ofreció nuevas indicaciones sobre las causas que pudieron provocar el siniestro.

La prudencia del Gobierno está justificada por el temor a levantar, como ocurrió tras el atentado de Oklahoma, en abril de 1995, falsas sospechas. Asimismo, tiene que prepararse para dar una adecuada respuesta una vez que reconozca la existencia de un compló terrorista.

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