Cañellas dice que las finanzas del PP de Baleares las controlaba la dirección nacional del partido

El dimitido presidente del Gobierno balear y del PP regional, Gabriel Cañellas, se desmarcó ayer de toda responsabilidad directa en el control y gestión de las finanzas de su partido, en su primera declaración judicial como imputado por presunto cohecho en el caso Sóller, el escándalo por supuesto cobro de comisiones ilegales por el que se vio obligado a renunciar hace un año a sus cargos públicos. Según Cañellas, las cuentas estaban en manos del entonces gerente secretario general del partido, Antonio Berastáin, que cumplía las directrices de la dirección del PP en Madrid.

El letrado d...

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El dimitido presidente del Gobierno balear y del PP regional, Gabriel Cañellas, se desmarcó ayer de toda responsabilidad directa en el control y gestión de las finanzas de su partido, en su primera declaración judicial como imputado por presunto cohecho en el caso Sóller, el escándalo por supuesto cobro de comisiones ilegales por el que se vio obligado a renunciar hace un año a sus cargos públicos. Según Cañellas, las cuentas estaban en manos del entonces gerente secretario general del partido, Antonio Berastáin, que cumplía las directrices de la dirección del PP en Madrid.

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El letrado de Cañellas, Rafael Perera, no negó que algunos talones derivados desde la empresa del túnel de Sóller, en pequeñas cantidades, se ingresaran en cuentas del PP. "Falta saber el procedimiento de estos casos aislados. Pero no hay trama", aseguró.Las cuentas del partido conservador estaban en manos del ex gerente y ex secretario general, el actual consejero balear José Antonio Berastáin, apoderado notarialmente por la dirección nacional que pagaba su nómina y conocía y verificaba los balances integrados de la organización, según el relato de Cañellas que fue transcrito por los abogados de Izquierda Unida -que ejerce la acusación particular- y confirmado por el letrado de Berastáin. Este dirigente "estaba a las órdenes del PP en Madrid, de quién cumplía las directrices", dijo en varias ocasiones Cañellas.

Cuatro horas declarando

"Mis respuestas han estado a la altura, por mis conocimientos [de las cuentas] desde el cargo que yo tenía, que no era precisamente el de administrador y punto y final", explicó Cañellas después de una declaración que se prolongó durante cuatro horas ante el magistrado Juan López Gayá. Según los datos recogidos en el sumario del caso, alrededor de 40 millones de pesetas de posibles comisiones ilegales fueron entregadas al PP, en 1988, por el concesionario del túnel de peaje de Sóller de Mallorca. Diversos pagos y operaciones con talones de aquella partida se detectaron en cuentas de la organización balear en gastos internos y electorales de las campañas del partido en 1989. Está sin identificar que persona retiró un maletín con 72 millones de pesetas en efectivo.Cañellas centró su relato en mantener que ejercía la dirección política del PP -"buscar votos", apostilló- y afirmó que su actuación institucional fue transparente y legal al frente del Ejecutivo en la concesión de la obra del túnel a la empresa de Antonio Cuart, que es socio suyo y con quien compartió nueve años el consejo de Salinera Española. Rechazó que la concesión de la obra respondiera a una manipulación y dijo que se buscó siempre el interés público. El fiscal Juan Carrau abundó en demandar al imputado detalles políticos y razones administrativas que motivaron la adjudicación y las sucesivas prórrogas.

Negó el ex presidente su conocimiento sobre las aparentes partidas de dinero negro que han circulado -según la policía y Hacienda- por las finanzas del PP y de la Fundación Illes Balears (FIB), que montó y gestiona directamente el polémico dirigente, que prosigue en la escena política insular como presidente del Grupo Parlamentario regional, inspirando la dirección del PP y del Gobierno balear.

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Rafael Perera, defensor de Cañellas, ponderó como "muy positiva y clarificadora" la declaración del político y dijo que tras ella se confirma que no hay caso penal posible. "Ha sido intrascendente y Cañellas ha contestado con gran seguridad y rotundidad, negando cualquier actuación incorrecta". El letrado dijo que "estos talones del túnel -de los que Cañellas se ha enterado por la prensa- nunca pasaron por sus manos ni por el PP". Sí reconoció que, algunos, "en cantidades inferiores, puede que hubieran sido ingresados en cuentas del PP, pero son casos aislados y falta determinar el posible camino, el procedimiento, pero en casos aislados, sin admitir la trama que se quiere suponer".

La representación de Izquierda Unida se mostró "plenamente satisfecha" por las declaraciones del imputado "que ha sido una persona que ha venido a salvar su piel y ha hecho un flaco favor al PP nacional y a Berastáin". IU detectó lagunas en la identificación de una inversión opaca, suya o del PP, de 1989 a 1995, en la agencia de valores quebrada Brokerval, de 4.166.666 pesetas.

Cañellas, que evitó dar detalles a los medios de comunicación, tampoco desveló el destinatario de una partida de 40 millones en la compra de la sede de la Fundación Illes Balears, que Hacienda y el fiscal pretenden esclarecer y contrastar su veracidad.

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