BARCELONA

'Victorinos' para todos los gustos

La expectación de esta corrida estaba centrada en la reaparición en Barcelona de la ganadería de Victorino Martín, que sólo había lidiado en el coso barcelonés una vez, en 1979. Y, a decir verdad, en la corrida hubo toros para todos los gustos, aunque, en general, la corrida decepcionase un tanto, debido a su falta de fuerzas, lo último que puede esperarse de los victorinos, que en algunos casos, acompañados de una gran nobleza, no parecían reses de esa ganadería. Terceto y cuarto salvaron, de algún modo, el honor ganadero y si la corrida no hubiese blandeado tanto, se hubiese podido ha...

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La expectación de esta corrida estaba centrada en la reaparición en Barcelona de la ganadería de Victorino Martín, que sólo había lidiado en el coso barcelonés una vez, en 1979. Y, a decir verdad, en la corrida hubo toros para todos los gustos, aunque, en general, la corrida decepcionase un tanto, debido a su falta de fuerzas, lo último que puede esperarse de los victorinos, que en algunos casos, acompañados de una gran nobleza, no parecían reses de esa ganadería. Terceto y cuarto salvaron, de algún modo, el honor ganadero y si la corrida no hubiese blandeado tanto, se hubiese podido hablar, a pesar de las dificultades de los dos últimos, de un gran. encierro.También reaparecía Luis Francisco Esplá, que llevaba ocho años, sin actuar en la Monumental y que pudo mostrar el buen momento que atraviesa. Estuvo toda la tarde en maestro, sosegado, inteligente, variado y lidiador. Su primero fue uno de esos toros no bles que tuvieron muy poca fuerza. Después de banderillearlo con lucimiento, la faena, casi toda en los medios y molestado por el aire, tuvo temple, reposo y regusto. El cuarto fue ovacionado de salida por su estampa (un característico cárdeno de Victorino). Luego de rribó en varas y galopó en banderillas, lo que aprovechó Esplá para protagonizar un memorable tercio, ovacionado con tanto entusiasmo que el diestro hubo de dar la vuelta al ruedo al finalizar. Una vuelta que no quiso dar después de una no atendida petición de oreja por una fanea derechista (el buen pitón del bravo toro) y justa en sus proporciones. . El Tato aguantó con el capote a su primero, que se revolvía en un palmo de terreno. El astado resultó un inválido, aunque muy noble. A pesar de ello, el diestro se empeñó en una faena de imposible trasmisión al público. Al quinto lo recibió con una larga de rodillas, pero la res fue deslucida y peligrosa, gazapona y con sentido.

Martín / Esplá, Tato, Liria

Seis toros de Victorino Martín, de correcta presentación, 1º y 2º nobles pero con muy poca fuerza, 3º y 4º excelentes, 5º y 6º peligrosos.Luis Francisco Esplá: oreja y ovación. El Tato: aviso y ovación; silencio. Pepín Liria: oreja y ovación. Plaza Monumental de Barcelona, 7 de julio. Más de media entrada.

El tercero blandeó y esperó en banderillas. Tenía un punto de genio, pero se fue arriba en la muleta y acabó embistiendo con boyantía. Liria le hizo una gran faena, valerosa, honda y templada, con el aliciente de la vibración que ofrecían las embestidas del victorino. Se lo pasó muy cerca por los dos pitones y hubo emoción a raudales. El sexto tuvo peligro y Liria volvió a estar valentísimo con él.

Más heridos en Fuentesaúco

Tres personas resultaron ayer heridas, por asta de toro, de carácter menos grave, y varias más contusionadas en el encierro celebrado en Fuentesaúco (Zamora), según informa Europa Press. Ninguno de los heridos, corneados dos de ellos en una pierna y el tercero en el glúteo, quedó ingresado.

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