Tractor, móvil y Ray-Ban

Madrid Los pocos émulos madrileños del patrón de la capital constituyen un curioso ejemplo de campesinado urbanita. José Ramón Sánchez, de 34 años, es un labrador que se sube al tractor con el teléfono móvil enfundado en cuero a la cadera y unas gafas de sol negras marca Ray-Ban.

Ayer a mediodía trabajaba en uno de los campos que dentro de una década se convertirán en pisos. Ignora la recalificación. "Imagino que a lo mejor mi madre sabe algo", añade.

Desde la carretera de Valencia se accede a sus campos por caminos casi excavados. José Ramón se queja de que desde hace cinco o se...

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Madrid Los pocos émulos madrileños del patrón de la capital constituyen un curioso ejemplo de campesinado urbanita. José Ramón Sánchez, de 34 años, es un labrador que se sube al tractor con el teléfono móvil enfundado en cuero a la cadera y unas gafas de sol negras marca Ray-Ban.

Ayer a mediodía trabajaba en uno de los campos que dentro de una década se convertirán en pisos. Ignora la recalificación. "Imagino que a lo mejor mi madre sabe algo", añade.

Desde la carretera de Valencia se accede a sus campos por caminos casi excavados. José Ramón se queja de que desde hace cinco o seis meses han instalado un vertedero al otro lado de una pequeña colina sobre la que ya no queda cebada en pie. Todos los campos están cultivados: trigo y avena. "No se puede plantar nada más que cereal", explica, "porque son tierras de secano".

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Comenta que la mayor parte de las tierras que separan Madrid del término municipal de Rivas pertenecen "a cuatro o cinco", pero también hay muchos pequeños, propietarios.

El es uno de los herederos de una familia propietaria que lleva "toda la vida" trabajando aquí. ¿Le gustará ver cemento sobre su secarral? "Prefiero mil veces que se quede así; antes incluso había caza: liebres y perdices".

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