La Eurocámara reclama intervenciones a favor de los excluidos del euro

El Parlamento Europeo reclamó ayer que los gobiernos de la Unión Europea especifiquen claramente las condiciones y mecanismos de la solidaridad que deben prestar los países integrados en la moneda única a los que queden excluidos del euro. El principio de la solidaridad entre los llamados in y los out fue ya aprobado por los Quince en el último Ecofin. Pero ahora el Parlamento insiste en ello, erigiéndose en su guardián, algo importante para los países del Sur, cuyo acceso al euro no está garantizado. Hasta cinco menciones de la solidaridad y los consiguientes mecanismos de inter...

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El Parlamento Europeo reclamó ayer que los gobiernos de la Unión Europea especifiquen claramente las condiciones y mecanismos de la solidaridad que deben prestar los países integrados en la moneda única a los que queden excluidos del euro. El principio de la solidaridad entre los llamados in y los out fue ya aprobado por los Quince en el último Ecofin. Pero ahora el Parlamento insiste en ello, erigiéndose en su guardián, algo importante para los países del Sur, cuyo acceso al euro no está garantizado. Hasta cinco menciones de la solidaridad y los consiguientes mecanismos de intervención del futuro Banco Central Europeo (BCE) contiene el informe del eurodiputado, alemán y ortodoxo, Karl Von Wogau, aprobado ayer. El Parlamento recuerda que los Estados miembros que no accedan en el pelotón de cabeza no se deben encontrar después en "una situación más desfavorable" que los líderes cuando se examine su posible ingreso, y que sus esfuerzos para acceder al euro deben tener "apoyo". Exige que el nuevo sistema instaure "mecanismos de intervención dirigidos a neutralizar las presiones especulativas" contra las monedas débiles. Y se muestra favorable a otras intervenciones del ÉCE que plasmen esa solidaridad, aunque comparte el criterio limitativo acordado por los ministros de Economía: que "su volumen no represente un peligro para el objetivo de estabilidad de los precios" asignado al Sistema Europeo de Bancos Centrales y luego al BCE.

La Cámara aprobó también el informe, de orientación complementaria, del eurodiputado español Fernando Pérez Royo, sobre el impacto de las fluctuaciones monetarias en las transacciones comerciales internas. El documento constata que las devaluaciones han tenido algún impacto micro en la confección, el automóvil y algunos productos agrícolas, pero "no han tenido repercusiones significativas sobre la evolución del volumen de exportaciones" global entre los distintos países. Y defiende que han sido más decisivos otros factores estructurales o cíclicos, como la ampliación a España y Portugal o el declive de las exportaciones alemanas acentuado por la unificación.

La proposición de Pérez Royo pide el "pronto retorno" de la lira y la libra al SME. Algo que el tercer texto votado, de Carles Gasóliba, pretende convertir en regla, propuesta más avanzada que la acordada en el último Ecofin. La participación de "todas las monedas de la UE" en el nuevo mecanismo de cambios "es una condición necesaria" para garantizar el funcionamiento correcto del mercado único y de la transición a la unión monetaria, sostiene. Su texto propone la rápida consolidación del BCE como inminente sustituto del actual Instituto Monetario Europeo, con capacidad de interpretación de las normas, frente a las resistencias que ante ello presentan algunos bancos centrales nacionales.

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