Rabinos 'versus' hamburguesas

¿Cómo se pide una hamburguesa con queso en hebreo? No importa. Si los rabinos aliados de Bibi Netanyahu se salen con la suya, es posible que dentro de poco la popular merienda norteamericana no sólo desaparezca del menú, sino quizá hasta del diccionario.Decididos a implantar la estricta ley religiosa, líderes judíos ultraortodoxos iniciaron ayer su campaña exigiendo el cierre de los restaurantes durante el shabat y la implantación de los preceptos del kashrut, la dieta religiosa que prohibe el consumo de carne con productos lácteos.

El primer tiro en la ...

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¿Cómo se pide una hamburguesa con queso en hebreo? No importa. Si los rabinos aliados de Bibi Netanyahu se salen con la suya, es posible que dentro de poco la popular merienda norteamericana no sólo desaparezca del menú, sino quizá hasta del diccionario.Decididos a implantar la estricta ley religiosa, líderes judíos ultraortodoxos iniciaron ayer su campaña exigiendo el cierre de los restaurantes durante el shabat y la implantación de los preceptos del kashrut, la dieta religiosa que prohibe el consumo de carne con productos lácteos.

El primer tiro en la guerra de las hamburguesas lo disparó el rabino Haim Miler contra la cadena McDonalds, que en los últimos tres años ha abierto 25 restaurantes en Israel, incluyendo uno en Jerusalén. Miler, que representa al partido Yahadut Torah en el consejo municipal de Jerusalén, dijo ayer: "En las elecciones hemos ganado peso suficiente para plantear nuestras demandas. McDonalds está violando la ley. No puede vender carne y queso juntos".

Miler es sólo uno de los exponentes del integrismo judío. Otros rabinos que han apoyado firmemente al Likud en las elecciones, exigen el cierre de calles durante el shabat y la expropiación de tierras árabes para construir viviendas para judíos.

Los tres partidos religiosos, que han ganado cerca de 20 escaños en la Kneset (Parlamento), van a intensificar sus demandas en los próximos días. "McDonalds es sólo un símbolo. Estos rabinos se están comportando como unos ayatolás", dijo Ben Stef, el propietario de una cafetería liberal. "Me dan ganas de largarme de Jerusalén. Esto puede terminar como Irán", dijo. El próximo nuevo Gobierno está tratando de ahuyentar esos temores. Avigdor Lieberman, uno de los asesores de Bibi en la tarea de formar el futuro Ejecutivo, prometió ayer mantener el status quo y dijo que no habrá dominio de rabinos sobre la población laica de Israel.

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