Crítica:CANCIÓN

Escuchen a los viejos

Tiene casi 90 años y la vitalidad de un chaval. Lo atribuye a comer carnero, y así se puede pasar hora y media cantando sones tan resultones como Ahora me da pena, Mi calderito o Chan Chan y tocando con energía el armónico, guitarra de su invención.En la sala estaba un anciano risueño, Francisco Repilado, Compay Segundo, único superviviente en activo de una generación irrepetible de músicos cubanos. La noche era de celebración. El sonero ha dejado parte de su repertorio en dos discos recién grabados, Yo vengo aquí, introducción a su arte en 15 canciones, y Antologí...

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Tiene casi 90 años y la vitalidad de un chaval. Lo atribuye a comer carnero, y así se puede pasar hora y media cantando sones tan resultones como Ahora me da pena, Mi calderito o Chan Chan y tocando con energía el armónico, guitarra de su invención.En la sala estaba un anciano risueño, Francisco Repilado, Compay Segundo, único superviviente en activo de una generación irrepetible de músicos cubanos. La noche era de celebración. El sonero ha dejado parte de su repertorio en dos discos recién grabados, Yo vengo aquí, introducción a su arte en 15 canciones, y Antología. No faltaron a la fiesta algunos de sus amigos: Javier Colina, que tocó el contrabajo en esa Orgullecida cercana al jazz de principios de siglo; Santiago Auserón-Juan Perro, que cantó Virgen del Pino; y Pancho Amat, que soltó los dedos sobre su tres en un par de números.

Compay Segundo y sus Muchachos

Sala Caracol. Madrid, 7 de mayo.

Este verano Compay Segundo y sus Muchachos volverán a España, y vale la pena seguir su consejo: escuchen a los viejos, para que lo bueno no se pierda.

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