El Bundesbank urge a los gobiernos más esfuerzo para contener el déficit

El banco central alemán, el Bundesbank, ha vuelto a urgir a los gobiernos para que se apliquen más en sus políticas de reducción del déficit público. Preocupado porque el déficit de muchos países de la Unión Europea estuvo cerca del 3,5% del PIB, el Bundesbank mantiene en su informe sobre 1995 que debe reducirse el endeudamiento público. Según el banco, los países de la UE progresaron en 1995 en la estabilidad de los precios, pero el cumplimiento de los criterios de convergencia fue menor que en 1994.

Según el banco central alemán, incluso en tiempos de desaceleración en el crecimiento ...

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El banco central alemán, el Bundesbank, ha vuelto a urgir a los gobiernos para que se apliquen más en sus políticas de reducción del déficit público. Preocupado porque el déficit de muchos países de la Unión Europea estuvo cerca del 3,5% del PIB, el Bundesbank mantiene en su informe sobre 1995 que debe reducirse el endeudamiento público. Según el banco, los países de la UE progresaron en 1995 en la estabilidad de los precios, pero el cumplimiento de los criterios de convergencia fue menor que en 1994.

Según el banco central alemán, incluso en tiempos de desaceleración en el crecimiento económico, los países deben trabajar implacablemente en la consolidación de la política fiscal. "Más que efectuar periódicos esfuerzos", dice el informe, "es imperativo que se trabaje para poner en marcha conceptos creíbles y convincentes que aseguren un ahorro permanente". El Bundesbank añade que los países industrializados son conscientes de que si no cortan el gasto público éste puede erosionar cualquier esfuerzo destinado al equilibrio fiscal.El informe afirma que los países de la UE progresaron el año pasado en la estabilidad de precios, pero el cumplimiento de los criterios de convergencia para la unión monetaria fue, en general, peor que en 1994. Nueve de los 15 estados miembros tuvieron el año pasado una tasa de inflación por debajo del 2,7%, que sería el índice de convergencia en precios ya que esa tasa fue el promedio de la inflación de los tres países mas estables, más un punto y medio. España, con una inflación anual del 4,7% fue uno de los países que no alcanzó la meta.

En otros criterios, como los relativos a déficit y endeudamiento público, no sólo faltaron progresos, sino que hubo hasta retrocesos el año pasado. Ése fue el caso de Alemania, que tras alcanzar un déficit menor al 3% del PIB en 1994, lo rebasó el año pasado. Sólo tres países cumplieron el criterio de déficit, el 3% del PIB, y fueron Dinamarca (2%), Luxemburgo (0,4%) e Irlanda (2,7%). Nueve, entre ellos España, lo superaron en más de dos puntos.

En consecuencia, el año pasado rebasaron el 60% de deuda sobre PIB más países que en 1994. Este criterio sólo lo cumplieron Alemania" Francia, Gran Bretaña y Luxemburgo. Esto demuestra que "habrá que pagar ahora el no haber aprovechado con la suficiente energía las fases de fortaleza económica para las medidas de consolidación". España elevó su endeudamiento entre 1994 y 1995 del 63% al 64,8%, pero pese a ello se situó entre los países con mejores resultados.

El informe muestra satisfacción por el hecho de que, después de las turbulencias monetarias de principios de 1995, se restableció cierta estabilidad en los mercados de divisas. Sin embargo, considera que, desde el punto de las exigencias de convergencia, la situación de los tipos de cambio satisface sólo parcialmente. El criterio es mantenerse durante dos años dentro de los márgenes estrechos del sistema monetario, pero desde que las bandas se ampliaron al 15% en 1993, prácticamente no se puede aplicar.

En cuanto a los intereses a largo, cinco países (España, Grecia, Italia, Portugal y Suecia) rebasaron en 1995 el tope marcado por la media de los tres miembros más estables, más un 2%. El Bundesbank asegura que, si bien es ya mayoritaria la convergencia en los intereses del mercado de capital, sigue siendo pequeño el número de países que comparten intereses bajos.

Los autores del informe insisten en que todos los criterios de convergencia de Maastricht tienen el mismo valor, por lo que se debe rechazar todo intento en orden a ablandarlos.

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