Las tortugas marinas y el magnetismo

Las tortugas marinas, igual que los humanos ahora gracias a los satélites, parece que utilizan una especie de sistema de posicionamiento global para orientarse en la navegación, basado en el campo magnético de la Tierra. Dos biólogos de la Universidad de North Carolina (EE UU), Kenneth J. Lohmann y Catherine Lohmann, han realizado experimentos con tortugas marinas y han demostrado que pueden detectar campos magnéticos de diferente intensidad. Continuando sus hallazgos anteriores (las tortugas marinas distinguen la inclinación, el ángulo de las líneas del campo magnético respecto a la superfici...

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Las tortugas marinas, igual que los humanos ahora gracias a los satélites, parece que utilizan una especie de sistema de posicionamiento global para orientarse en la navegación, basado en el campo magnético de la Tierra. Dos biólogos de la Universidad de North Carolina (EE UU), Kenneth J. Lohmann y Catherine Lohmann, han realizado experimentos con tortugas marinas y han demostrado que pueden detectar campos magnéticos de diferente intensidad. Continuando sus hallazgos anteriores (las tortugas marinas distinguen la inclinación, el ángulo de las líneas del campo magnético respecto a la superficie de la tierra), sus nuevos datos sugieren que estos reptiles "pueden tener una sensibilidad para lograr un posicionamiento global", afirma Kenneth Lohmann.En la mayor parte de los océanos por los que se desplazan las tortugas, la intensidad del campo magnético y el ángulo de inclinación varían, formando una red más o menos análoga a la de la longitud y latitud. Cualquier punto en esas regiones puede ser determinado por una combinación única de intensidad y ángulo de inclinación; una tortuga capaz de detectar esos rasgos puede crearse una especie de mapa magnético en su cerebro y utilizarlo para navegar.

Kenneth Abble, biólogo de la State University de Nueva York, experto en navegación animal, destaca que el trabajo de los Lohmann, "es realmente la primera buena prueba empírica de que un animal está haciendo algo tan sofisticado como esto con el campo magnético".

Las tortugas que han estudiado los Lohmann incuban en Florida y enseguida se van al mar, donde pasan los 60 o 70 años de su vida en el sistema circular de corrientes entre América del Norte y África. Pero cuando llega el momento de poner, los huevos, las hembras, sorprendentemente, regresan donde nacieron.

En el estudio publicado en el último número de Nature, los Lohmann pusieron tortugas de dos o tres días en un pequeño estanque circular dotado de un dispositivo eléctrico que simulaba el campo magnético. Los investigadores seleccionaron dos intensidades de campo equivalentes a dos puntos -uno oriental y otro occidental- del sistema circular de corrientes y descubrieron que las tortugas, sometidas al campo del punto oeste, nadaban hacia el este, y viceversa. Ambos movimientos son necesarios, en el océano, para mantenerse en el sistema de corrientes; salir de él puede conducirlas a aguas frías potencialmente mortales.

La cuestión ahora es saber cómo el cerebro del animal detecta el magnetismo.Copyright The NYT News Service

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