Los sucios límites del este de Madrid

Madrid es una ciudad cercada por el este por montañas de escombros. Una cadena de escombreras rodea y pone límite a los barrios de Vicálvaro, San Blas y Hortaleza. Las hay, según el grupo municipal socialista, de todo tipo: grandes (hasta de 200 hectáreas), pequeñas (menos de 1.000 metros cuadrados), malolientes (la mayoría en verano), disimulados (como el que surge tras las vallas del poblado de Los Focos) y hasta llamativos (con carteles de prohibición que nadie lee). Y todo ello, mientras camiones cargados con toneladas de escombros vertían ayer, a plena luz del día, su cargamento de basura...

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Madrid es una ciudad cercada por el este por montañas de escombros. Una cadena de escombreras rodea y pone límite a los barrios de Vicálvaro, San Blas y Hortaleza. Las hay, según el grupo municipal socialista, de todo tipo: grandes (hasta de 200 hectáreas), pequeñas (menos de 1.000 metros cuadrados), malolientes (la mayoría en verano), disimulados (como el que surge tras las vallas del poblado de Los Focos) y hasta llamativos (con carteles de prohibición que nadie lee). Y todo ello, mientras camiones cargados con toneladas de escombros vertían ayer, a plena luz del día, su cargamento de basura a escasos metros de los bloques de viviendas que se levantan a las afueras de Vicálvaro. Cuatro vehículos por minuto. Nadie se lo impedía porque el cartel que indicaba "prohibido verter basuras bajo multa de 500.000 pesetas" hacía tiempo que no era leído.Sólo el muro de ladrillos que rodea el cementerio de la Almudena parecía capaz de contener el avance de los amenazantes escombros. Por contra, unas cercanas instalaciones municipales, donde el Ayuntamiento guarda los contenedores de basura y vidrio, no pudieron aguantar la presión de los desechos. Los escombros se adentraban a través de su alambrada.

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"Tengan cuidado con las ratas", bromeaba Juan Barranco, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento, con los periodistas que le acompañaban ayer en su recorrido por tres de los vertederos ilegales del este. "Esos agujeros son las madrigueras", decía, mientras algunos componentes de la expedición miraban de reojo hacia el suelo por si algo extraño se movía. Según Barranco, en el triángulo formado por la necrópolis de la Almudena, el poblado chabolista de Los Focos y Vicálvaro, el equipo de gobierno, del PP prometió plantar en 1994 más de 100.000 árboles con un dinero procedente de la Unión Europea. La zona fue denominada Anillo Verde de Vicálvaro. Ayer lo único verdoso que se veía eran las hierbas que habían nacido sobre los cerros de escombros de la zona. Barranco bromeó: "No hagan caso de lo que se ve. Los árboles que prometió Esperanza Aguirre [responsable de Medio Ambiente en el anterior cuatrienio] existen. Lo que ocurre es que ustedes son víctimas de una realidad virtual".

La visita acabó en el número 18 del paseo Imperial, en Arganzuela. Pequeños montículos de escombros (de aproximadamente un metro de altura) cubrían un solar reservado en el plan general para un polideportivo.

El concejal de Medio Ambiente, Luis Molina, calificó de "demagógicas" las denuncias del PSOE. "Es completamente falso que existan tres grandes vertederos incontrolados en la ciudad, sino sólo vertidos incontrolados". El edil recordó que el año pasado la policía realizó 419 denuncias por vertidos de tierras y 5.171 por ensuciamiento de espacios públicos. "Hacemos grandes esfuerzos para perseguir estas actuaciones [los vertidos], pero es imposible poner un agente detrás de cada camión", dijo.

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