Europa y Asia intentan superar la incomprensión mutua en su primera cumbre, que se inicia hoy

ENVIADO ESPECIAL Europa y Asia intentan encontrarse. Bangkok será hoy y mañana, escenario de la primera cumbre que reunirá a una veintena de jefes de Estado o de Gobierno, de ambos continentes. Nadie espera acuerdos deslumbrantes, pero sí el inicio de un diálogo que, tiene como objetivo inmediato superar la incomprensión. A largo plazo, se pretende aumentar las relaciones económicas -especialmente la inversión- y mantener una cooperación permanente. La seguridad nuclear y los derechos humanos estarán también presentes en el encuentro o en actos paralelos.

Europa estará representada por ...

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ENVIADO ESPECIAL Europa y Asia intentan encontrarse. Bangkok será hoy y mañana, escenario de la primera cumbre que reunirá a una veintena de jefes de Estado o de Gobierno, de ambos continentes. Nadie espera acuerdos deslumbrantes, pero sí el inicio de un diálogo que, tiene como objetivo inmediato superar la incomprensión. A largo plazo, se pretende aumentar las relaciones económicas -especialmente la inversión- y mantener una cooperación permanente. La seguridad nuclear y los derechos humanos estarán también presentes en el encuentro o en actos paralelos.

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Europa estará representada por sus 15 Estados miembros y el presidente de la Comisión Europea. A la cita faltarán cuatro mandatarios (España, Suecia, Dinamarca y Grecia). El primer ministro español, Felipe González ha delegado su representación en el ministro de Asuntos Exteriores, Carlos Westendorp, para permanecer en Madrid durante la celebración de las elecciones generales. La cumbre reúne a la Unión Europea (UE), China, Japón, Corea del Sur y los siete países miembros de la ASEAN (Asociación de Naciones del Sureste Asiático: Tailandia, Brunei, Indonesia, Malaisia, Filipinas, Singapur y Vietnam).El formato mismo de la cumbre y toda su concepción van a impedir que salgan decisiones espectaculares. No se trata tanto de llegar a ningún acuerdo, cuanto de empezar un diálogo que permita acabar con el actual aislamiento y desconfianza mutuas, que sólo beneficia a Estados Unidos. Se trata de una cumbre informal, sin orden del día.

Cada dirigente hablará libremente de lo que le parezca más oportuno. En un salón contiguo estarán los ministros de Exteriores europeos que dialogarán con los ministros asiáticos de Exteriores o con los de Economía, Comercio o Industria.

La UE ha querido dejar bien clara su intención de no abordar con firmeza el problema de los derechos humanos o el de la mano de obra barata. "Lo que queremos es romper los clichés que separan a los dos continentes. En Europa pensamos en Asia con lo la economía que nos roba el empleo y que no respeta los derechos sociales de los trabajadores. Los asiáticos nos ven como una fortaleza económica cerrada al exterior y como los eternos señores que van dando lecciones por todo el mundo", señala de forma expresiva Manuel Marín, vicepresidente de la Comisión Europea.

Para el presidente de la Comisión, Jacques Santer, no es este el momento ni el marco para hablar de ternas delicados como el respete a los derechos humanos. "Primero tenemos que conocernos bien, y luego ya habrá tiempo de hablar a fondo de lo que nos une y de lo que nos separa", opina Santer. Ayer mismo se resolvió uno de los problemas que planeaban sobre la cumbre: la cuestión de Timor oriental. El primer ministro portugués, Antonio Guterres, tuvo un sorpresivo encuentro bilateral con el presidente de Indonesia, Suharto, y le ofreció el restablecimiento parcial de relaciones diplomáticas, a cambio de la puesta en libertad de Xanana Gusmao, el principal líder de la resistencia timorense. Indonesia ocupó hace 20 años la antigua colonia portuguesa de Timor Oriental.Escasa inversión

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La inversión, más que el comercio, será el eje de las conversaciones económicas. El flujo comercial entre las dos zonas es muy aceptable. En 1994, los 10 países asiáticos presentes en la cumbre compraron a la UE mercancías por valor de 78.000 millones de ecus (más de 12 billones de pesetas) frente a 111..000 millones de ecus (17,7 billones) por parte europea. Es decir, un saldo comercial favorable a los asiáticos de casi 34.000 millones de ecus que en realidad es engañoso, ya que Japón acaparó dos tercios y China casi todo el tercio restante. La relación entre los dos bloques económicos es mucho menos satisfactoria a nivel de la inversión. Las empresas europeas sólo han invertido 7.500 millones de ecus en el periodo 1990-94, de las que el 42% se concentraron en Malaisia, Filipinas y Tailandia.

Aunque la economía concitará la atención principal, no faltarán temas políticos en las conversaciones. La cumbre supondrá el debú ante Europa del nuevo primer ministro japonés, Ryutaro Hashimoto, que piensa mantener un encuentro bilateral con el canciller alemán, Helmut Kohl. Anoche el primer ministro tailandés, Banharn Silapa-archa, ofreció a sus huéspedes una distendida cena.

La cumbre estudiará cómo mantener el proceso de diálogo político en el futuro, una discusión general sobre seguridad, propuestas para reformar el papel de las Naciones Unidas y para solventar la crisis económica que padece este organismo y, cómo aumentar la cooperación en materias como la cultura, la ciencia, la tecnología y la preservación del medio ambiente.

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