MIRA SORVINO.

"No espero ganar el Oscar"

Es una de las promesas más sólidas de la última generación de actrices estadounidenses, posición de privilegio que acaba de ver confirmada esta misma semana con la concesión del Globo de Oro al mejor trabajo secundario del año, la tierna prostituta de Poderosa afrodita, último y aclamado filme de Woody Allen. Es la hija del regio actor italamerican Paul Sorvino, lleva el pelo teñido casi albino, que es la única señal visible de su último rodaje, Norma Jean and Marilyn, biografía psicológica de Marilyn Monroe en la que dio vida a la fallecida actriz, y parece tener las cosa...

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Es una de las promesas más sólidas de la última generación de actrices estadounidenses, posición de privilegio que acaba de ver confirmada esta misma semana con la concesión del Globo de Oro al mejor trabajo secundario del año, la tierna prostituta de Poderosa afrodita, último y aclamado filme de Woody Allen. Es la hija del regio actor italamerican Paul Sorvino, lleva el pelo teñido casi albino, que es la única señal visible de su último rodaje, Norma Jean and Marilyn, biografía psicológica de Marilyn Monroe en la que dio vida a la fallecida actriz, y parece tener las cosas claras: " Estoy muy contenta con el Globo de Oro, claro, pero a partir de aquí no espero nada. Ni siquiera el Oscar", afirma decidida.

Sinóloga por Harvard

Licenciada en Harvard en, cultura china, Mira Sorvino vivió en París ocho meses realizando tareas humanitarias, actividad ésta que piensa seguir alternando con su trabajo actoral ("si lo hacen Costa Gavras y Tim Robbins, ¿por qué no lo voy a hacer yo?", se pregunta), rodó un documental en Rusia sobre el antisemitis mo rampante en las repúblicas ex soviéticas, y hace un par de años se pasó tres meses en Barcelona preparando su trabajó en el filme homónimo de Wilt Stilmann, con quien había debutado en la ópera prima del neoyorquino, Metropolitán. Aunque desde hace algunos meses, su carrera se ha acelerado: Quiz Show, con Robert Rebord; Blue in theface, con Waine Wang; Poderosa afrodita, con Woody Allen, y para dentro de unos díai.se espera la salida de su penúltimo trabajo, Beautiful girls, de Temme.Sorvino pasó como un rápido ciclón por Barcelona para promocionar el estreno del último filme de Allen, que comenzará su carrera europea el próximo 26 de febrero, el mismo día en que el cineasta tocará el clarinete con la New Orleans Jazz Band en un único concierto en Barcelona.

La charla de la actriz con los medios de comunicación no puede obviar las concesiones sobre el trabajo que le ha dado notoriedad: "Ya había intentado trabajar con Allen hace un año, pero no hubo suerte. Cuando finalmente me hice con el papel de la prostituta de Poderosa afrodita, todo fue un poco extraño para mí en las dos primeras semanas de rodaje. Estaba trabajando con uno de mis ídolos de infancia, que a veces es el director, otras es el actor y otras simplemente Woody... Tuve que romper esa barrera", dice. La actriz confirma, por otra parte, la fama que tiene el director de ser muy atento con sus actores: "Es un hombre muy tranquilo, que se abre mucho cuando le preguntas y que te escucha, y además te permite improvisar; es muy cómodo trabajar con él", reconoce.

Como todo aspirante a famoso, Sorvino se declara completamente abierta a. recibir propuestas de directores varios: Almodóvar, Martin Scorsese, pero también el irlandés Jim Sheridan o la polaco-francesa Aznieszka Holland. Pero no se engaña sobre lo que le espera, ni sobre la competencia feroz que tendrá que sufrir en Hollywood de sus homólogas: "Me temo que tendré que luchar con mujeres que son excelentes profesionales. Para todo buen guión que surge hay siempre cinco o seis candidatas, Uma Thurman, Elisabeth Shue [la espléndida protagonista de Leaving in Las Vegas, una de las películas revelación del año en EE UU], y muchas otras. Y será más duro todavía porque los grandes guiones no abundan", confiesa.Tampoco se engaña con los riesgos de encasillamiento, en su caso, en papeles de mujeres sexualmente muy activas: "Siempre pienso en lo que me dijo una vez Robert Redford:. los papeles sexy no duran más allá de los 30-32 años, después, sencillamente te quemas. Pero no puedo negar que me gustan las mujeres decididas, y por eso no tengo reparo en decir que me encantaría hacer el papel dé una visionaria religiosa", concluye con una sonrisa.

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