Crítica:CANCIÓN

El cachorro perplejo

Tiene sólo 22 años. Al igual que otros músicos de la nueva hornada (Javier Álvarez, por ejemplo), Paco Bello comenzó cantando en la calle. Más en concreto en el parque del Retiro madrileño, semillero de líricos y faranduleros. Luego, veló sus armas en Libertad 8, un pequeño café-cantante que ha dado su primera oportunidad a muchos artistas. Ahora empieza a sonar en las radios su primer disco, No hay problemas, con sello multinacional. El viernes presentó su trabajo en directo con la sala abarrotada.La velada tuvo la tierna e ingenua belleza de un pollo rompiendo el cascarón, y piando: "...

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Tiene sólo 22 años. Al igual que otros músicos de la nueva hornada (Javier Álvarez, por ejemplo), Paco Bello comenzó cantando en la calle. Más en concreto en el parque del Retiro madrileño, semillero de líricos y faranduleros. Luego, veló sus armas en Libertad 8, un pequeño café-cantante que ha dado su primera oportunidad a muchos artistas. Ahora empieza a sonar en las radios su primer disco, No hay problemas, con sello multinacional. El viernes presentó su trabajo en directo con la sala abarrotada.La velada tuvo la tierna e ingenua belleza de un pollo rompiendo el cascarón, y piando: "Aquí estoy yo". En el concierto se pusieron de manifiesto dos constataciones y un corolario. Primera constatación: aquí hay madera. Segunda: Paco Bello, en directo, puede ser una bomba si cuida al milímetro el ritmo interno del espectáculo. Corolarío: ya va siendo hora de jubilar el término: cantautor, etiqueta que más que definir, despista. Hay que hablar, simplemente, de músicos, de artistas, como es el caso.

Paco Bello

Paco Bello, voz y guitarra; Mané Larregla, guitarra; Luis Escribano, bajo; Marco da Silva, percusión; María José Darder, coros. Club de Música del San Juan Evangelista. Madrid, 1 de diciembre.

Paco Bello canta fragmentos de vidas jóvenes en la gran ciudad. Todos los tenías están impregnados de una cierta melancolía, amable ensimismamiento, amagos de bucolismo utópico y pastoril, aromas de solidaridad, humor estoico y ruboroso, guiños a la lujuria sosegada, sutilezas endocrinas, perplejidad generacional y un soterrado síndrome de Peter Pan. No son canciones fáciles en primera instancia, quizá por exceso de metáforas, aliño del que no se puede abusar impunemente. Una metáfora ilumina; muchas, complican.

Objeciones al margen, Paco Bello tiene voz cálida e insinuante, ideas, fe en sí mismo y las cosas muy claras. A tan temprana edad sabe lo que se trae entre manos. Su primera jugada es de libro: No hay problemas ha encandilado a Tomás Muñoz, todopoderoso mandamás de la Sony en América Latina. Paco Bello, si no se deja malear por el entorno y si compone de forma más directa, tiene un lugar al sol,

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