Ruiz-Gallardón permite pruebas en la incineradora durante un año

La incineradora construida por el Ayuntamiento de Madrid en Valdemingómez, en el limite sureste de la capital con Rivas, puede empezar a funcionar en pruebas desde hoy y durante un año. La Agencia de Medio Ambiente del Gobierno regional presidido por Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, le concedió ayer el último permiso que necesitaba esta instalación para quemar basuras. Ruiz-Gallardón precisó ayer, tras estudiar con sus consejeros las posibles repercusiones políticas y sanitarias de esta medida, que exigirá el cumplimiento más estricto jamás planteado en Europa para una incineradora.

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La incineradora construida por el Ayuntamiento de Madrid en Valdemingómez, en el limite sureste de la capital con Rivas, puede empezar a funcionar en pruebas desde hoy y durante un año. La Agencia de Medio Ambiente del Gobierno regional presidido por Alberto Ruiz-Gallardón, del PP, le concedió ayer el último permiso que necesitaba esta instalación para quemar basuras. Ruiz-Gallardón precisó ayer, tras estudiar con sus consejeros las posibles repercusiones políticas y sanitarias de esta medida, que exigirá el cumplimiento más estricto jamás planteado en Europa para una incineradora.

La puesta en marcha de la incineradora será progresiva. Desde julio se ha puesto a prueba la turbina generadora de energía eléctrica con gasóleo. En 15 días, se añadirá la basura como combustible en una proporción del 15% y pasado mes y medio, la generación de energía se hará al 100% con la combustión de los residuos, según explicó ayer Ignacio Claver, director de la Agencia de Medio Ambiente.El control será riguroso. Dos empresas auditoras informarán sobre la emisión de contaminantes, aparte del control que efectuará la empresa gestora de la planta, Tirmadrid. Ruiz-Gallardón es consciente de que la patata caliente del permiso de funcionamiento a la incineradora se ha situado en su tejado, y más desde que unas 3.000 personas se manifestaron el miércoles, precisamente hasta la puerta de su despacho, para protestar contra esta instalación. Por este motivo, ayer se reservó unas palabras para recordar que han sido los tres partidos políticos del Ayuntamiento de Madrid en un pleno (el 28 de febrero de 1990) los que por unanimidad le remitieron a la Comunidad la última palabra sobre esta iniciativa.

El presidente madrileño explicó ayer que no se había contentado con reclamar de la incineradora la normativa aprobada por el Gobierno central socialista -"a la que ningún grupo ha planteado por ahora modificaciones"-, sino restricciones europeas mayores. En Valdemingómez se quemarán más de 600 toneladas de basuras al día, y producirá 15.000 toneladas de cenizas y escorias al año. Los planteamientos de la AMA limitarán la emisiones de dioxinas (derivados del cloro considerados cancerígenos en determinadas cantidades) de esta planta a 0,1 nanogramos (una millonésima parte de gramo) por metro cúbico de humo.

"Plenas garantías"

Tanto Ruiz-Gallardón como el alcalde, José María Álvarez del Manzano, o su concejal de Medio Ambiente, Adriano García Loygorri, aseguran que "está plenamente garantizada la salud para las personas, los animales y los cultivos". El presidente madrileño apostilló, sobre las posibles repercusiones de la investigación iniciada por la Fiscalía de Madrid, que nunca interferirá en ese proceso. Y recordó que la fiscalía no ha actuado aún contra la planta.

El concejal de Medio Ambiente aprovechó una iniciativa de IU para parar la planta, que fue presentada y rechazada en el pleno de ayer, y arremetió contra esta coalición. Críticas que se centran en defender otras alternativas de recuperación de residuos, como el reciclaje. "Los representantes de IU olvidan mencionar que en la planta integral se recuperan todos los materiales que pueden ser reciclados y que tan sólo aquellos que no pueden reciclarse se utilizarán como combustible para producir energía", argumentó.

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El edil apuntaló así sus teorías: "La Organización Mundial de la Salud ha fijado como nivel de seguridad 10 picogramos por kilógramo y día, límite no superado en parte alguna". Un picogramo es una billonésima parte de gramo. Con una emisión de 0,1 nanogramos, una persona respiraría, según el concejal, 35.000 veces menos que bajo el límite de 10 picogramos.

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