Crítica:

Gran orquesta de Dresde

La orquesta de la Staatskapelle protagoniza muchos capítulos de la historia musical alemana y su calidad viene siendo reconocida y admirada. Desde comienzos de siglo tuvo como titulares a maestros de la categoría de Schuch, Reiner, Busch, Böhm, Keilberth, Kempe, Kontwischny y Blomstedt; a partir de 1992 está a su frente el italiano Giuseppe Sinopoli (Venecia, 1946).Sinopoli saltó a los medios musicales, como compositor de especial mérito e interés, sobre todo por su ópera Lou Salome (Múnich, 1981), montada escénicamente por Gótz Friedrich. Como tantos otros, Sinópoli, que en 1972...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La orquesta de la Staatskapelle protagoniza muchos capítulos de la historia musical alemana y su calidad viene siendo reconocida y admirada. Desde comienzos de siglo tuvo como titulares a maestros de la categoría de Schuch, Reiner, Busch, Böhm, Keilberth, Kempe, Kontwischny y Blomstedt; a partir de 1992 está a su frente el italiano Giuseppe Sinopoli (Venecia, 1946).Sinopoli saltó a los medios musicales, como compositor de especial mérito e interés, sobre todo por su ópera Lou Salome (Múnich, 1981), montada escénicamente por Gótz Friedrich. Como tantos otros, Sinópoli, que en 1972 enseñaba en Venecia música contemporánea, incluida la electroacústica, cedió a la tentación de la batuta para convertirse en un director que goza de prestigio y gran difusión.

Conmemoración del Día Universal del Ahorro

Orquesta de la Staatskapelle.Director: G. Sinopoli. Obras de Mahler y Tchaikovski. Auditorio Nacional. Madrid, 31 de octubre.

Aquí viene el problema: una y otra vez, la crítica ha de combatir con la mítica, la mercadotecnia y el periodismo comercial de música. Entonces, la desorientación resulta efectiva y es fácil observar en el público. cierta, actitud de disconformidad unida a un temor por equivocarse, pues en esto los asistentes a los conciertos revelan menor, arrojo que los seguidores taurinos. En esta ocasión, el prograrna patrocinado por Caja de Madrid incluía el Adagio de la Décima sinfonía de Mahler y la Patética de Tchaikovsky.

El Adagio es el adiós interrumpido de Gustav Mahler a la música y a la vida y ahonda en los aspectos más expresionistas y complejamente misteriosos de la creación mahleriana. La sobriedad de Sinopoli lo convirtió en algo sin patetismo ni gran tensión; en castellano vulgar: los resultados fueron bastante aburridos y si tuvimos alguna compensación se lo debemos a la orquesta, de altísimo nivel en todas sus secciones.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En