Crítica:

Grandes matemáticos

Varios autores. Editorial Prensa Científica. 128 páginas. Barcelona, 1995.Henri Poincaré creía: que las grandes ideas matemáticas permiten "captar sin esfuerzo su totalidad, al tiempo que se perciben sus detalles". Lo mismo cabe decir del volumen Grandes matemáticos, con el que la editorial Prensa Científica inaugura su nueva colección Temas.

Desde Fibonacci, que. recuperó en el siglo XII los números olvidados del pasado, hasta Srinivasa Ramanujan, los frutos de cuyo genio deberán aún esperar al futuro, el libro pasa revista a 11 figuras esenciales de la matemática. Algunos autores son ...

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Varios autores. Editorial Prensa Científica. 128 páginas. Barcelona, 1995.Henri Poincaré creía: que las grandes ideas matemáticas permiten "captar sin esfuerzo su totalidad, al tiempo que se perciben sus detalles". Lo mismo cabe decir del volumen Grandes matemáticos, con el que la editorial Prensa Científica inaugura su nueva colección Temas.

Desde Fibonacci, que. recuperó en el siglo XII los números olvidados del pasado, hasta Srinivasa Ramanujan, los frutos de cuyo genio deberán aún esperar al futuro, el libro pasa revista a 11 figuras esenciales de la matemática. Algunos autores son matemáticos, otros son historiadores de la ciencia, y ello se hace notar Ia única cifra que aparece en la pieza dedicada a Descartes es su fecha de. nacimiento, mientras que ciertas páginas del artículo sobre Fermat contienen más ecuaciones que oraciones. Pese a ello, todo el, libro se deja leer de un tirón y armoniza los detalles técnicos con las anécdotas y los contextos históricos.

Los lectores más refractarios a las ecuaciones podrán deleitarse con una versión babilónica del teorema de Pitágoras formulada 1.000 años antes de Pitágoras; con el garabato anotado por Fermat en el margen de la Aritmética de Diofanto que ha traído de cabeza a los matemáticos durante más de tres siglos y con una teoría de grupos que surgió la noche antes de que su de autor muriera en un duela. La edición es excelente, aunque cabe señalar que la heterodoxia de la notación de Ramanujan podría haberse apreciado perfectamente sin necesidad de reproducir boca abajo una de las páginas de sus cuadernos.

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