Entrevista:

"Francia trata de cambiar el curso de la historia con sus pruebas atómicas"

Australia está irritada, y hoy uno de los temas en boca de todos sus ciudadanos son las pruebas nucleares francesas en el atolón de Mururoa, que, aunque a 6.000 kilómetros de distancia del país, pueden ocasionar desastres me dioambientales. El ministro de Exteriores australiano, el laborista Gareth Evans, de 51 años, que ha viajado a Madrid para entrevistarse con su homólogo español, Javier Solana, actual presidente del Consejo de Ministros de la Unión Europea, explica que aunque los efectos medioambientales pueden ser graves, hoy lo es aún más que "Francia está prolongando la era nuclear ...

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Australia está irritada, y hoy uno de los temas en boca de todos sus ciudadanos son las pruebas nucleares francesas en el atolón de Mururoa, que, aunque a 6.000 kilómetros de distancia del país, pueden ocasionar desastres me dioambientales. El ministro de Exteriores australiano, el laborista Gareth Evans, de 51 años, que ha viajado a Madrid para entrevistarse con su homólogo español, Javier Solana, actual presidente del Consejo de Ministros de la Unión Europea, explica que aunque los efectos medioambientales pueden ser graves, hoy lo es aún más que "Francia está prolongando la era nuclear con sus pruebas atómicas". Y esto tendrá efectos perniciosos, porque hay países que de sean estar en el club atómico.Evans lleva siete años, al frente de la diplomacia de su país, y antes ha ejercido en el Gobierno laborista -en el poder desde hace 12 años- las carteras de Justicia, Recursos y Energía, y Transporte y Comunicaciones.

Pregunta. ¿Australia se siente en peligro por las pruebas nucleares francesas?

Respuesta. Nos preocupan mucho los efectos sobre el medio ambiente, aunque no a corto plazo, ya que eso está en función de los eventuales escapes de radiactividad por fracturas en el corazón de basalto donde se realizan las explosiones. Aunque es preocupante, lo es aún más la crisis de la política nuclear en la posguerra fría. Las pruebas pueden poner en cuestión la credibilidad del Tratado de No Proliferación Nuclear, y, por consiguiente, el envenenamiento del ambiente en las negociaciones sobre pruebas nucleares en Ginebra. Las pruebas de Mururoa crean la impresión de que Francia está tratando de cambiar el curso de la historia. El fin de la guerra fría pareció que llevaba incorporado el fin de las armas nucleares. Francia está prolongando indefinidamente la era nuclear con sus explosiones atómicas.

P. ¿Y qué repercusión puede tener esto?

R. Lógicamente, esa política crea problemas. Hay gente que puede no comprometerse o dejar de estar comprometida con el objetivo de alcanzar un consenso internacional contra las armas nucleares, y, por el contrario, decida sumarse al club de países con arsenal nuclear. Es el caso de Irán, Irak, Israel, India, Pakistán... La actitud, francesa no es la mejor manera de convencerles de que acepten la no proliferación de las armas atómicas.

P. ¿Cómo ve todo esto el ciudadano australiano?

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R. Su reacción ha sido muy fuerte. La gente siente rabia de que la vecindad del Pacífico sur haya sido utilizada para las pruebas atómicas. Una mayoría de australianos recibió un shock. Creían que la era nuclear había concluido.

P. ¿Su Gobierno ha tomado medidas contra Francia?

R. Las mediadas son diplomáticas. Presionamos en todos los foros internacionales. Los líderes del oro del Pacífico Sur [islas del Pacífico, Australia y Nueva Zelanda] han condenado las pruebas y también ejercen presión conjunta.

P. ¿No hay presión económica?

R. No estamos de acuerdo en recurrir a las sanciones económicas. Tampoco hemos recurrido al boicoteo de los productos franceses, aunque individualmente haya gente que lo haga para expresar su indignación.

P. ¿Cree que las pruebas tendrán repercusión en los movimientos independentistas en la Polinesia Francesa?

R. Desde luego, son un gran estímulo al sentimiento independentista. Pero ése no es asunto de Australia. Concierne sólo a Francia. En cualquier caso, en Francia también hay una opinión mayoritaria contra las pruebas nucleares.

P. El primer ministro australiano, P. J. Keating, pidió al presidente de Francia, Jacques Chirac, que las pruebas nucleares se realizasen en el territorio continental francés. ¿Recibió alguna respuesta?

R. No. Les dijimos de buena fe que si las explosiones son tan inofensivas como dicen por qué no las realizan en el centro de Francia, donde la geología es muy estable. Nos dijeron que no disponían allí de la infraestructura adecuada, y como sí la tenían en Mururoa...

P. Pasemos a otro tema. ¿Monarquía o república en Australia?

R. El plazo que tenemos in mente para convertir Australia en república es el año 2000, que es cuando se cumplirá el centenario de nuestro país como nación. Es incongruente que Australia tenga como jefe de Estado a alguien que no es australiano [la reina de Inglaterra]. Creo que el cambio es cada vez más aceptable para la mayoría del país.

P. ¿Qué mayoría?

R. Bueno, de momento no es muy amplia. Esto tiene mucho que ver con la presente situación de la Monarquía británica. La Reina es muy popular. Además, hay que definir qué tipo de jefatura de Estado queremos... Una presidencia ejecutiva al estilo de EE UU o de otro tipo. El cambio se decidiría en referéndum.

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