FERIA DE OTOÑO

Pacheco, herido grave, y José Tomás, de pronóstico reservado

El novillero Carlos Pacheco fue herido de pronóstico grave por el quinto novillo de ayer, que le infirió dos cornadas: una hacia arriba de 20 centímetros en el escroto y otra más superficial en el pene. También resultó cogido, al recibir con el capote a su primer enemigo, su compañero José Tomás, que sufre traumatismos en la cabeza y en la espalda de pronóstico reservado. Tras ser atendidos en la enfermería, ambos pasaron a la misma clínica, donde hoy se le hará un estudio radiológico a Tomás para comprobar si tuviera alguna fractura.

Pacheco, que entró a la enfermería en brazos de miem...

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El novillero Carlos Pacheco fue herido de pronóstico grave por el quinto novillo de ayer, que le infirió dos cornadas: una hacia arriba de 20 centímetros en el escroto y otra más superficial en el pene. También resultó cogido, al recibir con el capote a su primer enemigo, su compañero José Tomás, que sufre traumatismos en la cabeza y en la espalda de pronóstico reservado. Tras ser atendidos en la enfermería, ambos pasaron a la misma clínica, donde hoy se le hará un estudio radiológico a Tomás para comprobar si tuviera alguna fractura.

Pacheco, que entró a la enfermería en brazos de miembros de su cuadrilla, iba muy dolorido y llorando, "no por el percance, sino por no haber redondeado el triunfo", como señaló a su banderillero David Valenzuela. En principio se pensó que sólo tenía un puntazo en los testículos, que le colgaban de la bolsa escrotal, pero después se descubrió que el pitón le había calado.

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Su apoderado, el matador de toros retirado Joaquín Miranda, tras señalar que encontró al público "muy frío toda la tarde", se emocionó cuando sacaban al coletudo en camilla, después de más de media hora de intervención quirúrgica, quien antes de ser anestesiado le preguntó si podría cumplir su próximo compromiso, el día 12 en Oviedo.

Distinta fue la reacción del padre de José Tomás, quien antes de saber el verdadero alcance de la lesión de su hijo se mostraba tranquilo: "Son gajes del oficio". Tras ser reconocido el espada, su apoderado, Santiago López, también matador de toros retirado, sólo pedía que "no tenga nada roto, pues ya bastante sufrió con la muñeca y el brazo el pasado mes de abril cuando fue herido en Zaragoza".

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