Temor a que Londres reincida en su obstruccionismo

Cada vez que la construcción europea se dispone a dar un paso adelante, el Reino Unido intenta frenarlo. Ante el nuevo salto que se avecina, "va a reanudar su actitud obstruccionista", según afirman fuentes diplomáticas. Carlos Westendorp, el secretario de Estado español para la UE, es un hombre discreto. En el informe que acaba de elaborar para la cumbre mallorquina -en su calidad de presidente del Grupo de Reflexión que prepara la CIG- no menciona al Reino Unido con nombre y apellido, pero en alguna ocasión señala: "Un Estado miembro rechaza todo este planteamiento". Sobre cómo fomentar la c...

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Cada vez que la construcción europea se dispone a dar un paso adelante, el Reino Unido intenta frenarlo. Ante el nuevo salto que se avecina, "va a reanudar su actitud obstruccionista", según afirman fuentes diplomáticas. Carlos Westendorp, el secretario de Estado español para la UE, es un hombre discreto. En el informe que acaba de elaborar para la cumbre mallorquina -en su calidad de presidente del Grupo de Reflexión que prepara la CIG- no menciona al Reino Unido con nombre y apellido, pero en alguna ocasión señala: "Un Estado miembro rechaza todo este planteamiento". Sobre cómo fomentar la creación de empleo desde las instituciones de la UE, sobre la supresión. del derecho de veto de un Estado en el Consejo de Ministros o sobre el incremento de los poderes del Europarlamento, Londres es de nuevo el principal discrepante. Aun que entre líneas, así queda de manifiesto en el documento de Westendorp, que servirá, en teoría, de eje a la cumbre informal de Formentor. Después de Mallorca, Westendorp retoca rá su documento para presentar una nueva versión a la cumbre de Madrid con la que concluirá en diciembre la presidencia española de la UE. El texto esboza el grado necesario de reforma", ni poca ni demasiada, entre otras razones porque ninguno de los dos grandes socios, Francia y Alemania, está por "la gran reforma" que lo abarque todo: se excluye por tanto, para la conferencia, la decisión sobre las perspectivas financieras a partir de 1999. Este posibilismo del informe -demasiado ambicioso a juicio de algunos, excesivamente prudente, en opinión de otros- es lo que parece augurarle un buen futuro. "Westendorp ha logrado hacer infelices a todos por un igual", comentaba recientemente el secretario de Estado de Asuntos Exteriores alemán, Hans-Friedrich Von Ploetz. En el consensual lenguaje comunitario, esta ironía suma más puntos de los que aparenta restar.

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