Cerámica pulida y una capa de aluminio

Un espejo de telescopio se hace con materiales cerámicos calentados y colados en un horno rotatorio para darles la forma parabólica inicial. Luego se deja enfriar muy lentamente y empieza la fase de pulido por fricción de la superficie cóncava con un disco y sustancias granuladas. El efecto abrasivo de la fricción arranca partículas de material del espejo hasta que adquiriere la curvatura exacta. Al final se suaviza la superficie con sustancias de pulido de grano cada vez más fino. Todo el proceso de fabricación dura unos cuatro años. Por último se deposita en la superficie reflectora una delg...

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Un espejo de telescopio se hace con materiales cerámicos calentados y colados en un horno rotatorio para darles la forma parabólica inicial. Luego se deja enfriar muy lentamente y empieza la fase de pulido por fricción de la superficie cóncava con un disco y sustancias granuladas. El efecto abrasivo de la fricción arranca partículas de material del espejo hasta que adquiriere la curvatura exacta. Al final se suaviza la superficie con sustancias de pulido de grano cada vez más fino. Todo el proceso de fabricación dura unos cuatro años. Por último se deposita en la superficie reflectora una delgada capa de aluminio por evaporación en una cámara de alto vacío.Francesco Paresce, del ESO, explica que para hacer los espejos monolíticos de ocho metros delgados es fundamental que se les de la forma inicial en la primera fase del proceso, porque un profundo pulido de un bloque grande supondría someter al material a grandes tensiones, con riesgo de fractura.

Los procesos industriales básicos son similares en la producción de los segmentos de espejo que forman los mosaicos de 10 metros de los telescopios Keck. Muchos aspectos de su fabricación son más sencillos al tratarse de fragmentos de tamaño reducido, pero hacer el pulido exacto es extrernadamente delicado.

Aunque los observatorios astronómicos están en lugares donde el aire es ultralimpio y en las cúpulas de los telescopios se evita cualquier suciedad, la superficie del espejo se va degradando poco a poco por el polvo que se deposita e incrustra. La limpieza rutinaria no es suficiente, así que periódicamente hay que desmontar el espejo y aluminizarlo de nuevo. Normalmente, primero se elimina la capa vieja de aluminio y luego se introduce en una campana de vacío y se deposita, por evaporación, un nueva capa reflectora. Es un proceso delicado porque la pieza puede romperse al ser desmontarla de su soporte y moverla.

Pero en los espejos de ocho metros se dispara el tamaño de la engorrosa campana de aluminizado, que tiene que ser más grande aún que el ya de por sí enorme espejo. Además no esta claro que, vaya a funcionar bien el método convencional en este caso y se están buscando técnicas alternativas a la evaporación.

El proceso es mucho más sencillo con la opción de los segmentos -y menos arriesgado- porque para aluminizarlos, separadamente, basta con una cámara corriente. En los Keck, como se han hecho piezas de más, la campana aluminiza constantemente trozos que se cambian en el mantenimiento rutinario.

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