La misión de la ONU tiene los días contados si no recupera Srbrenica, advierte el presidente Clintón

El presidente norteamericano, Bill Clinton, advirtió ayer que, si la ONU no consigue recuperar el control de Srebrenica, ocupada el martes por las fuerzas serbobosnias, "los días [de la misión de paz en Bosnia] están contados". Ello supone reconocer que la retirada de los cascos azules es inevitable, puesto que el propio Clintón sabe que él no va a autorizar el envío de soldados norteamericanos para liberar Srebrenica ni los países europeos están dispuestos a hacerlo solos.

Clinton sonó ayer más impotente que nunca en sus declaraciones sobre la situación en Bosnia. "La verdad", dijo, "e...

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El presidente norteamericano, Bill Clinton, advirtió ayer que, si la ONU no consigue recuperar el control de Srebrenica, ocupada el martes por las fuerzas serbobosnias, "los días [de la misión de paz en Bosnia] están contados". Ello supone reconocer que la retirada de los cascos azules es inevitable, puesto que el propio Clintón sabe que él no va a autorizar el envío de soldados norteamericanos para liberar Srebrenica ni los países europeos están dispuestos a hacerlo solos.

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Clinton sonó ayer más impotente que nunca en sus declaraciones sobre la situación en Bosnia. "La verdad", dijo, "es que los serbobosnios deberían retirarse de Srebrenica, Naciones Unidas deberían reestablecer allí la zona protegida y la población debería ser autorizada a regresar a sus casas". "Si eso no ocurre", añadió, "tendrán que producirse algunos cambios. A menos que se restaure la integridad de la misión de la ONU, obviamente sus días están contados".Oficialmente, la posición de los países del Grupo de Contacto (Francia, Reino Unido, Alemania, EE UU y Rusia) -que ayer respaldó en Londres un último intento de negociación ante Belgrado del mediador europeo, Carl Bildt- es la de mantener la presencia de cascos azules en Bosnia para evitar la extensión del conflicto. El propio Bildt reiteró ayer en Ginebra su oposición a una retirada de la ONU porque "sería el abandono de la política" y traería "una guerra más brutal". Pese a ello, Clinton comenzó ayer a empujar a sus aliados europeos a aceptar la retirada "en el caso de que la misión de paz fracase". "Y si fracasa", surgirió, "todos deberíamos ponemos de acuerdo en levantar el embargo de armas a los musulmanes". La retirada de los cerca de 25.000 cascos azules de Bosnia es, en sí misma, una vasta operación militar que exigiría el despliege de unos 80.000 soldados de la OTAN, de los, cuales 25.000 serían norteamericanos.

El plan de retirada está ya listo y registrado en los despachos de la OTAN con la clave 40.104, según informaba ayer el diario The New York Times. Pero se requerirían 22 semanas para sacar a los soldados y el personal de las Naciones Unidas repartidos por el territorio en conflicto. Para facilitar su salida, fuentes de la OTAN han mencionado la posibilidad de que los cascos azules se reagrupen próximamente en determinadas zonas de Bosnia, en torno a Sarajevo, y abandonen sus posiciones más aisladas. El secretario general de la OTAN, Willy Claes, admitió ayer que Srebrenica está definitivamente perdida pero negó que su caída sea una "derrota de la OTAN".

Por su parte, tanto Pekín como Moscú coicidieron ayer en criticar la idea de convertir las tropas de la ONU en "fuerzas beligerantes".

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