Los mediterráneos acudirán a Barcelona, los centroeuropeos irán a Madrid

Felipe González confirmó ayer 11 países ribereños del Nostrum y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acudirán a la Conferencia Euromediterranea de Barcelona en noviembre, pero también dejó claro que los líderes de los Estados centroeuropeos y bálticos no serán invitados a desplazarse a Madrid durante la cumbre de diciembre con la que concluya la presidencia española de la Unión Europea (UE).El presidente del Gobierno explicó que sólo está previsto que los países del Este sean convidados a una de las dos cumbres anuales de la Unión. Recordó que ya estuvieron presentes la semana pasada e...

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Felipe González confirmó ayer 11 países ribereños del Nostrum y la Autoridad Nacional Palestina (ANP) acudirán a la Conferencia Euromediterranea de Barcelona en noviembre, pero también dejó claro que los líderes de los Estados centroeuropeos y bálticos no serán invitados a desplazarse a Madrid durante la cumbre de diciembre con la que concluya la presidencia española de la Unión Europea (UE).El presidente del Gobierno explicó que sólo está previsto que los países del Este sean convidados a una de las dos cumbres anuales de la Unión. Recordó que ya estuvieron presentes la semana pasada en Cannes. "La próxima cumbre en la que podremos retratarnos [con los del Este] será en Italia", en 1996, afirmó.

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A pesar de que la UE sólo se ha comprometido a invitar una vez al año a los países candidatos a la adhesión y González cumple este acuerdo, los centroeuropeos tienen la impresión de que desde el sábado ha cogido las riendas de la Unión un Gobierno que es reacio a la ampliación al Este.

El diario polaco Gazeta Wyborcza aseguraba ayer, por ejemplo, que la presidencia española supone para el Este "caer al sexto lugar en la fiesta de tareas de la UE" que toma así "una nueva orientación". Otro rotativo, Nowa Europa, recordó que la ampliación al Este podría mermar las transferencias financie ras que recibe España.

La diplomacia española está acostumbrada a ser criticada por sus supuestas reticencias a acoger nuevos miembros en la Unión. Lo fue en su día cuando Austria, Finlandia, Suecia y Noruega empezaron a negociar con Bruselas. Ahora, a propósito del Este, se disculpa argumentando que el camino está trazado y que difícilmente podría innovar.

En Barcelona, en noviembre, sí participarán los ministros de todos los países socios de la UE en el Mediterráneo. Las reservas de Sirla y de su aliado, Líbano, han sido superadas y también asistirá Marruecos, cuyo primer ministro, Abdelatif Filali, viaja esta semana a Bruselas para intentar desbloquear sus contenciosos con la Unión y, en definitiva, con España.

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