El Senado aborda el fraude de los lectores ópticos de precios

Los escáneres de las cajas registradoras en los comercios pueden jugar malas pasadas a la hora de la compra. Se supone que estos lectores ópticos facturan rigurosamente los precios, pero hasta el Senado han llegado quejas de distintas autonomías sobre la comisión de algunos abusos al amparo de la opacidad del sistema. El senador por Teruel Rufino Foz del Cacho ha propuesto una moción, sancionada por el PSOE, para que las administraciones competentes estrechen el control de estos avanzados sistemas.

La Unión de. Consumidores de Aragón (UCA) tieñe constancia de sanciones a establecimiento...

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Los escáneres de las cajas registradoras en los comercios pueden jugar malas pasadas a la hora de la compra. Se supone que estos lectores ópticos facturan rigurosamente los precios, pero hasta el Senado han llegado quejas de distintas autonomías sobre la comisión de algunos abusos al amparo de la opacidad del sistema. El senador por Teruel Rufino Foz del Cacho ha propuesto una moción, sancionada por el PSOE, para que las administraciones competentes estrechen el control de estos avanzados sistemas.

La Unión de. Consumidores de Aragón (UCA) tieñe constancia de sanciones a establecimientos por haber cobrado un precio supenor al anunciado, sin que el consumidor se hubiera percatado de ello. "Puede darse el hecho de que la central de datos de una cadena de autoservicio aplique a las 18.30 horas a todos sus establecimientos de España una subida de cinco pesetas en un producto y que - el consumidor de Cáceres o Barcelona lo adquierá en la creencia de que lo paga cinco pesetas más barato, tal como lo indican los carteles de las estanterías", dice Javier Garcés Prieto, funcionario del Ministerío de Defensa y vocal de la UCA. Advierte que la implantación del escáner en las cajas, por muchas mejoras que haya introducido en la gestión comercial, ha dejado indefensos a los consumidores."El etiquetado individual de cada producto cuesta muy caro" afirma Garcés, que se ha especializado en psicología del consumo. "Puede suponer una peseta o más de coste adicional. En la mayoría de los comercios de autoservicio los precios se indican en las estanterías y en los carteles de las ofertas, no en los productos, provistos de código de barras para su lectura en las cintas de las cajas. Allí el escáner no lee los precios, sino el código universalizado de una lata de sardinas o de tomate y factura el precio que le adjudican desde un ordenador central. Este procedimiento permite J los gestores disponer de una información instantánea del volumen de material almacenado, las ventas, la hora de su facturacion.... pero también la posibilidad de cobrar más caro". Excepcionalmente, algunos almacenes han instalado dispositivos de lectura óptica para que los propios clientes comprueben el peso y el precio.1,5% de errores

Un estudio realizado por Garcés en establecimientos de Zaragoza calcula que se comete fraude en el 1,5% de los productos de oferta de los autoservicios. En muchos casos ocurre en el intervalo de tiempo que transcurre desde que los gestores de un ordenador modifican el precio hasta que los empleados cambian los carteles.

La moción que el próximo miércoles defenderá Rufino Foz en el Pleno del Senado se encamina a evitar esta picaresca que permite al vendedor modificar a discreción los precios.

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