Tarde de tedio y calor en La Romareda
La tarde no invitaba a ver fútbol en Zaragoza. Un calor asfixiante, dos equipos a los que no les iba nada en el envite y alineaciones de circunstancias conformaban el panorama previo. Así que el público optó por quedarse en casa y no se equivocó. Unos y otros dejaron claro que los puntos eran una anécdota y en la primera parte se dedicaron a sestear. Ni fútbol físico ni detalles técnicos. Zaragoza y Valencia competían por ver quién conseguía aburrir más. Hubo que esperar al segundo periodo para que al menos los goles acabasen con los bostezos....
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
La tarde no invitaba a ver fútbol en Zaragoza. Un calor asfixiante, dos equipos a los que no les iba nada en el envite y alineaciones de circunstancias conformaban el panorama previo. Así que el público optó por quedarse en casa y no se equivocó. Unos y otros dejaron claro que los puntos eran una anécdota y en la primera parte se dedicaron a sestear. Ni fútbol físico ni detalles técnicos. Zaragoza y Valencia competían por ver quién conseguía aburrir más. Hubo que esperar al segundo periodo para que al menos los goles acabasen con los bostezos.