Clinton llama al desarme en el Uster tras el encuentro entre Londres y el Sinn Fein

El presidente de Estados Unidos, Bíll Clinton, propuso ayer a las partes enfrentadas en Irlanda del Norte aprovechar el impulso ganado con el inicio de conversaciones a nivel ministerial y negociar rápidamente la entrega de armas. Clinton sugirió que el desarme en el Ulster es el siguiente paso lógico a dar después de que el Gobierno británico aceptase el miércoles en Washington el primer encuentro entre un miembro del Gabinete, el ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams

"A todos los que están respetando el cese el fuego los convoco a que d...

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El presidente de Estados Unidos, Bíll Clinton, propuso ayer a las partes enfrentadas en Irlanda del Norte aprovechar el impulso ganado con el inicio de conversaciones a nivel ministerial y negociar rápidamente la entrega de armas. Clinton sugirió que el desarme en el Ulster es el siguiente paso lógico a dar después de que el Gobierno británico aceptase el miércoles en Washington el primer encuentro entre un miembro del Gabinete, el ministro para Irlanda del Norte, Patrick Mayhew, y el líder del Sinn Fein, Gerry Adams

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"A todos los que están respetando el cese el fuego los convoco a que den el siguiente paso y empiecen discusiones serias sobre el decomiso de armas", dijo Bill Clinton, convertido en un triunfante mediador en el conflicto de Irlanda del Norte, en un discurso pronunciado ante la conferencia sobre el comercio y la inversión en Irlanda organízada por la Casa Blanca. "Tenemos que aprovechar este momento", añadió el presidente norteamericano, "las conversaciones a nivel ministerial representan un paso tremendamente prometedor. Confío en que las partes puedan pronto sentarse juntas para discutir sobre el futuro y sus diferencias".Esa conferencia fue el marco elegido para que Gerry Adams y el secretario británico para el Ulster, Patrick Mayhew, se estrecharan la mano, en circunstancias cuidadosamente preparadas por EE UU para dar satisfacción a las pretensiones del Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA), sin hacer perder la cara al Gobierno británico. Las autoridades británicas se habían resistido a dar ese paso porque querían asegurarse antes de que el Sinn Fein estaba dispuesto a discutir sobre la destrucción del arsenal de armas del IRA, que se calcula en torno a las 100 toneladas de armas y explosivos.

"Renunciar a las bombas"

La entrevista entre Adams y Mayhew, de 30 minutos de duración y celebrada sin fotógrafos ni cámaras en el hotel Sheraton de Washington, representa el primer encuentro a semejante nivel entre ambas partes desde la partición de Irlanda en 1922 y pone fin a más de 25 años de hostilidad. Además, y sobre todo, le da al Sinn Fein el reconocimiento que buscaba. Como consecuencia, parece abrir también el camino a la negociación sobre la entrega de armas.

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"Los paramilitares de ambos lados tienen que renunciar a sus bombas y pistolas, y el espectro de la violencia tiene que desaparecer de Irlanda de una vez y para siempre", manifestó Bill Clinton ante los participantes en la conferencia celebrada en Washington, que reúne a representantes de todos los sectores católicos y protestantes del Ulster.

"Por primera vez, representantes de toda Irlanda, no sólo de los bandos políticos, sino de toda la comunidad, se encuentran bajo el mismo techo", señaló John Hume, líder del Partido Laborista y Socialdemócrata de Irlanda del Norte y uno de los principales impulsores del proceso de paz que condujo a un alto el fuego indefinido en agosto del año pasado.

En su discurso de ayer, Bill Clinton animó a los hombres de negocios norteamericanos a invertir en Irlanda del Norte. Dijo que el desarrollo económico es la mejor vía para 11 combatir el fanatismo" y para "cerrar el libro de un viejo y sangriento conflicto". "Mientrás yo sea presidente", aseguró, "Estados Unidos continuará alentando este cambio".

La posición mediadora del presidente norteamericano en el conflicto del Ulster le ha creado en el pasado algunos problemas con el Gobierno británico, que criticó hace pocos meses su decisión de permitir al Sinn Fein la recaudación de fondos en Estados Unidos. Pero, pese a eso, el titular de la Casa Blanca, que ayer mencionó sus raíces irlandesas, parece decidido a insistir en ese papel.

Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, que también participó en la conferencia de Washington dedicada al tema del comercio e inversión en Irlanda, recordó que "ningún presidente norteamericano había estado antes tan interesado, tan implicado o había tenido tanto éxito en el impulso del proceso de paz" en Irlanda del Norte.

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